Hace 50 años, cuando Neil Armstrong pisó la Luna, las condiciones eran totalmente distintas. La presión de una guerra fría hizo que la NASA llevara las distintas misiones del proyecto Apolo a nuestro satélite natural. Lo increíble de esto es que se hizo con una tecnología que actualmente parece de lo más rudimentaria. De esto podemos mencionar sus computadores, sus sistema de comunicación, sus vehículos e inclusive sus trajes espaciales.
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Bien sabemos que hoy la NASA está completamente atareada en volver a llevar seres humanos a la Luna. De hecho, desde hace tiempo señalaba que esto era muy posible, y que trabajaba en hacer esa idea realidad. Sin embargo, fue el presidente Donald Trump quien puso una fecha límite para que la agencia espacial repitiera lo del programa Apolo. 2024 sería el año de este suceso, lo que ha estado poniendo en apuros a la agencia espacial por el poco tiempo.
Poco se ha revelado del plan por volver a ir a la Luna. Sabemos que la misión se llamará «Artemis», que posará a la primera mujer sobre la superficie lunar. Por otro lado, la NASA está realizando todas las alianzas posibles para alcanzar satisfactoriamente la meta.
Todo tipo de tecnología novedosa deberá ser utilizada en Artemis para que la misión pueda ser un éxito. Esto incluye al equipamiento de los astronautas, el mismo que les permite sobrevivir en condiciones adversas fuera de la Tierra. Por eso una compañía llamada Collins Aerospace ha revelado recientemente un prototipo de lo que podría ser el próximo traje espacial que use la NASA.
Si bien la NASA no ha confirmado que el nuevo traje será utilizado por sus astronautas, reconoce que ha estado en diálogo con la compañía. Después de todo, Collins Aerospace tiene un buen historial de fabricación de trajes espaciales. Así se ve el modelo que fue presentado hace poco:
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La clave es la movilidad
El gran peso de los trajes convencionales no es un problema en la microgravedad del espacio. Sin embargo, aunque en la Luna haya 1/6 parte de la gravedad de la Tierra, un traje pesado se siente. Según Collins, su prototipo pesa solo la mitad de los trajes que fueron usados hace 50 años.
Más allá del peso, lo que hay que asegurar es la movilidad. La rigidez en las extremidades podía hacer complicado el proceso de recolección de rocas. Por eso la caja de control del pecho fue reducida significativamente de tamaño. Además, permite una mayor ángulo de movimiento a los brazos y las piernas del astronauta. Inclusive, permite rotar la cadera.
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También se quería garantizar que muchos tipos de cuerpos pudieran utilizar el traje. Representantes de Collins señalaron que con una pequeña modificación podría ser apropiado para cualquier tipo de cuerpo. Esto contrasta mucho con los años 60s, cuando los trajes eran completamente diseñados a la medida de los astronautas.
La empresa admite que todavía falta más de un año para lanzar su creación. Mientras tanto, seguirán mostrando sus adelantos al público con la esperanza de haber hecho su gran aporte a la misión Artemis.