El gobierno cubano está estudiando el uso potencial de criptomonedas en su economía. Todo esto ante la crisis causada por las sanciones estadounidenses en dicho país.
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Las medidas fueron anunciadas esta semana por el presidente cubano Miguel Díaz-Canel a través de la televisión estatal. La promesa del presidente es usar las criptomonedas para aumentar el ingreso promedio de uno de cada cuatro cubanos.
El objetivo es aumentar la oferta y demanda nacional para generar crecimiento. Las sanciones del presidente estadounidense Donald Trump buscan lo contrario, apuntando directamente a la inversión extranjera y el turismo en el país insular.
En un conversatorio transmitido por la televisión cubana, el Ministro de Economía y Planificación de Cuba, Alejandro Gil Fernandez, dijo lo siguiente:
Estamos planteando estudiar la aplicación de la criptomoneda. Aquí hay que estudiarlo todo, nosotros no podemos decir ‘eso no aplica en Cuba, eso es de otros mercados’. Incluso hemos ido más allá: hemos dicho que [la vamos a estudiar] en las relaciones comerciales, nacionales e internacionales. No quiere decir que tengamos una solución para el lunes, y que el lunes digamos ‘aquí tenemos una criptomoneda cubana’, pero aquí hay que estudiarlo todo y ver las posibilidades que eso tiene. Estamos trabajando en conjunto con la Academia, que aquí hay talento suficiente en Cuba para estudiar esos fenómenos.
Criptomonedas contra sanciones
En abril de este año, el presidente Díaz-Canel acusó a la administración Trump de involucrarlos en una «persecución financiera asfixiante, que hace particularmente difícil importar artículos de primera necesidad». Es decir que las sanciones, al menos desde la perspectiva cubana, son consecuencia del apoyo de Cuba al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.
Por su parte, el gobierno venezolano intentó la creación de una criptomoneda -el «Petro»- apoyada por el valor del petróleo, la que no pudo masificarse. En el caso de Venezuela, el motivo principal para tener una moneda digital fue combatir la hiperinflación que sigue aquejando al país sudamericano hasta hoy.