Mucha gente que compró algún equipo de la familia del Samsung Galaxy S10 recibió este reloj inteligente, o al menos se preguntó por él. Al fin pudimos probar el Galaxy Watch Active.
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Este reloj inteligente llega a un precio más accesible que sus pares Gear S3 y S3 Frontier en sus lanzamientos, costando este CLP $199.990 para su lanzamiento (MXN $4999), que a pesar de ser «alto», es mucho más alcanzable.
Ahora, lo primero que llama la atención es que es pequeño, con un frontal de 40 MM para ambos sexos. Para bien o para mal eso es así. Por un lado es súper liviano y fácil de llevar, en comparación a sus hermanos grandotes que siempre se veían aparatosos (eso no es algo necesariamente malo). El tema es que perdimos el bisel giratorio tan característico de los smartwatch de Samsung.
Siento que Tizen, el sistema operativo propietario que lleva este reloj está pensado alrededor de la característica física mencionada anteriormente, por lo que muchas acciones en el menú llevan más pasos de los que estoy acostumbrado, además que la navegación en general desde la carátula hacia las notificaciones y widgets estaba muy bien equilibrada con el componente giratorio, ahora no tanto.
Lo que sí es algo molesto es que por la naturaleza de Tizen, las aplicaciones no son tantas como en WearOS, aunque no me importa demasiado, no lo uso para eso el reloj, pero en tu caso puede cambiar. El tema de las carátulas sufre de lo mismo, pero al menos la comunidad alrededor de estos relojes es súper activa y hay modelos bien atractivos para descargar, tanto de pago como gratuitas.
Siguiendo con Tizen, siento que hay una falla esencial, y es que las notificaciones cuando levantas la muñeca, en vez de darte el contenido, hace una pausa para mostrarte la aplicación de la que viene y el emisor, para después pasar a lo demás. Es una falla de diseño algo molesta. De todas formas las interacciones con las aplicaciones son las más completas que hay un reloj compatible con Android en ese rango de precio y que sea relativamente nuevo.
En lo que respecta a lo deportivo, el reloj hace una excelente labor midiendo la frecuencia cardiaca de manera constante, el sueño y el estrés. Nada que alegar ahí. Incluso la medición automática de actividad física es probablemente la mejor en su clase, aunque no me deja de dar risa que un par de veces por semana, cuando escribo en el computador cree que estoy andando en bicicleta:
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Al final del día la competencia más directa de este reloj es probablemente la Fitbit Versa o Versa Lite, que en un rango de precio similar tienen mucha mejor batería (el Galaxy Watch Active no me dura más de dos días sin importar lo que haga) y más opciones deportivas. Por otro lado, este reloj es mucho más «smart» e incluso lo pueden disfrutar quienes no hacen nada y quieren de un buen reloj para gestionar notificaciones y hacer un par de cosas extra.
Es una opción entretenida, útil en lo que promete y a un precio aterrizado en comparación a lo que venía ofreciendo Samsung, además de un tamaño que apela a mucha más gente, lamentablemente no a mí, que prefiero más peso en mi muñeca cuando llevo un accesorio. De todas formas es una opción considerable, elegante y sobrio, pero con el precio de perder mucho de lo que era más atractivo y distintivo en esta marca: el bisel giratorio, que espero que vuelva en los próximos modelos.