En noviembre del año pasado la Conferencia Internacional de Pesos y Medidas aprobó un cambio histórico en el Sistema Internacional de Unidades, y fue que a partir del 20 de mayo de 2019 el kilo ya no se calculará como se ha venido haciendo por 130 años.
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Este cambio en realidad no afectará el uso común de la medida ya que se trata de una modificación desde el punto científico, específicamente que ahora el kilo será medido de manera cuántica para obtener mayor precisión y uniformidad en todo el mundo.
Adiós al Gran K
Por si no están al tanto, desde 1889 se utiliza como referente mundial de un kilogramo a un cilindro metálico de una aleación de 90% de platino y 10% de iridio que se le conoce popularmente como «Gran K» y que está resguardado en la Oficina Internacional de Pesas y Medidas en las cercanías de París.
Ya que este método es considerado algo antiguo y que el «Gran K» ha sufrido variaciones de hasta 50 microgramos por diversos factores, los especialistas decidieron optar por una fórmula basada en la constante de Planck que permitirá calcular el kilo exacto sin tener que comparar trozos de metal.
El nuevo sistema de medición
Para medir el nuevo peso del kilogramo se utilizará una balanza de Kibble (anteriormente balanza de Watt) que toma como punto de medición la fuerza electromagnética con precisión del 0,000001%.
Para que tengan una mejor idea, el astrónomo e investigador del Instituto Max Planck, Nestor Espionza, explicó los detalles del cambio a través de un interesante hilo en su cuenta en Twitter.
Esta resolución fue aprobada por unanimidad de los representantes de los 60 países miembros de la Conferencia General de Pesos y Medidas, y permitirá tener mayor precisión en diversos ámbitos como la medicina, la navegación satelital y competencias deportivas.