Todo producto digital que compramos hoy en día viene con unos largos acuerdos de servicio -que nadie lee, seamos honestos- y que la mayor parte del tiempo nos dan acceso licenciado a un producto, y no a la propiedad de una aplicación. Normalmente lo dejamos pasar, sin embargo Adobe quiere que lo leamos por obligación, incluyendo la letra chica, o podría meternos en un aprieto.
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Varios usuarios han recibido mails que los invitan cordialmente a dejar de usar versiones antiguas de sus aplicaciones de Creative Cloud, o enfrentarse a potenciales «demandas de incumplimiento» de otras compañías terciarias, las que actualmente están envueltas en un proceso legal con Adobe.
Está de más decir que muchos usuarios, no contentos con esto, ya están cancelando sus suscripciones.
Todos los emails son personalizados e incluyen versiones antiguas de Photoshop, Premiere, Lightroom Classic, Animate y Media Director.
No hay una respuesta específica de parte de Adobe respecto a este problema. De hecho, la propia compañía cita «litigación en curso» para no comentar nada al respecto, y el equipo legal bien puede tener la razón. Medios como Apple Insider citan un problema legal actual con Dolby Labs que bien podría ser la madre del cordero.
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El año pasado, Dolby demandó a Adobe por incumplimiento de contrato: la compañía de Photoshop y After Effects vendió software de audio y video que usaba tecnología de procesamiento de Dolby entre 2002 y 2017, y en todos esos años falló en reportar las ganancias correctas y en pagar los royalties acordados por el uso de la licencia.
Si bien no se sabe con exactitud si Dolby tiene la culpa, las señales son claras: Adobe está traspasando el problema a sus usuarios, los que probablemente siguen usando software no actualizado por conveniencia, mejoras que consideran inútiles, o incluso por características perdidas en las distintas actualizaciones. Mal ahí, Adobe.