Se cree (prácticamente comprobado) que cada país «importante» del primer mundo tiene un acelerador de partículas propio. En específico un sincrotrón. De hecho, al menos de la mitad de los existentes (50 en total) se encuentran en Europa. México, por su parte, desde 2015 quería dar este salto para tener investigaciones científicas de primer nivel; aunque faltaba el dinero. Por fortuna, las cosas tomaron buen rumbo.
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Estamos cerca de tener nuestro propio acelerador de partículas
Los sincrotones son una especie de aceleradores de partículas. El mexicano podrá acelerar electrones hasta 300 mil kilómetros por segundo. Aunque, de hecho, su importancia es más bien la luz que emite (1,000 veces más brillante que el sol). El sincrotrón puede ayudar en investigaciones y descubrimientos relacionados con la producción de isotopos; farmacología y biomedicina.
Ya corría 2015 cuando la idea comenzó a llamar la atención al Senado de la República; aunque considerando que la inversión inicial es de 500 millones de dólares, todo quedó pausado por falta de presupuesto. O mejor dicho, porque el gobierno no se animaba a dar el dinero necesario; a pesar de que se conoce que cientos de mexicanos viajan al extranjero para llevar a cabo experimentos con los aceleradores de partículas de otros países.
Aunque finalmente se llegó a algo: luego de la impulsión del proyecto por parte del CINVESTAV y UNAM; la Conacyt y Morelos decidieron ayuda a la financiación del mismo. Al final, Hidalgo se les unió. Esto luego de que se decidiera que allí sería la morada del laboratorio. Además, el gobierno del estado donará un terreno.
Actualmente, además de está ayuda; se espera que otras organizaciones (públicas y privadas) ayuden al financiamiento para poder hacer la inauguración lo antes posible.