En el sur de Tel Aviv, Israel, tres jóvenes tuvieron un sueño en una noche de tragos: llegar a la luna con su sonda Beresheet.
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Según informan medios internacionales, la sonda se estrelló al llegar al satélite, quedando inutilizable.
«Hemos llegado a la Luna, pero no como queríamos» fue la triste frase que se escuchó desde el centro de control al darse cuenta que el proyecto privado en el que se ha invertido 89 millones de euros, fracasó.
En su momento, SpaceIL, la agencia de estos tres amigos lograron ganar un concurso de Google que daba 17 millones de euros a quien pudiera lograr la hazaña, pero siguieron con ayuda del gobierno, aunque en mucha menor medida. Los principales benefactores de la iniciativa fueron el estadounidense Sheldon Adelson y Morris Kahn.
Por ahora el equipo se puede quedar con la experiencia y lo aprendido, pero el probar que podían llevar una sonda a la luna con su tecnología quedará en la lista de pendientes.
De acuerdo a declaraciones anteriores, otro de los objetivos de Beresheet es inspirar a niños y jóvenes israelitas, por lo que de seguro el impacto está siendo mayor en esa nación, donde tenían toda la esperanza de empezar su propia carrera espacial.