Si vives en Bogotá probablemente estarás ya resignado a vivir dos posibles situaciones a diario. Por un lado, puedes tener carro propio y desplazarte en él hasta tu trabajo con las tremendas congestiones que hay en las vías; o bien, estás obligado a tomar transporte público, lo que implica tener que abordar un bus de Transmilenio.
Abordar Transmilenio no es precisamente un paseo por la playa. Normalmente está altamente congestionado, lograr subir a un bus requiere tiempo y no es que haya mucha seguridad en el sistema. Pero sumado a esto hay otro problema grave: los preocupantes niveles de contaminación.
Así lo señaló un estudio reciente realizado en la Universidad Nacional. Según el ingeniero ambiental Fredy Guevara, los buses de Transmilenio tienen altísimos niveles de autocontaminación. Es decir, en el interior de los vehículos hay alta concentración de gases contaminantes producto de sus propias emisiones.
El estudio se centra en la cantidad de PM2.5 que hay en el ambiente. Este nombre se le da a las partículas cuyo diámetro es menor a 2,5 micrómetros y que suelen ser expulsadas por los vehículos basados en diésel. Según Guevara, tener en cuenta la presencia de PM2.5 fue muy relevante para el estudio:
Emisiones altamente contaminantes
Para obtener datos verídicos, el análisis del aire se realizó en el interior de varios articulados de Transmilenio. Además de los datos de los PM2.5, se hizo una relación con datos GPS y de hora para determinar los lugares donde se percibe mayor contaminación.
Varias fueron las troncales analizadas: concretamente Calle 26, Calle 80 y Avenida Caracas. Como resultado se descubrió que los usuarios están expuestos a altos niveles de contaminación inclusive en viajes que duran entre 20 y 40 minutos.
Así, la concentración de PM2.5 en la Calle 26 tuvo un promedio de 54 µg/m3. Por otro lado, en la Calle 80 fue de 214 µg/m3 . Finalmente, la Avenida Caracas registró niveles de 226 µg/m3. Todos estos datos sorprenden cuando se comparan con los límites recomendados de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Para no tener problemas de salud, la organización señala un tope de solo 10 µg/m3.
Anteriores estudios han señalado que estar expuesto a la contaminación aérea puede equivaler a consumir tabaco. De hecho, fumar un cigarrillo equivale a estar expuesto a 22 µg/m3. Es decir, en casos como el de la Avenida Caracas un viaje normal para los usuarios es como fumar 10 cigarrillos.