Al filo de la más reciente polémica sobre sus Airpods, Apple no puede descansar. El próximo reclamante en la fila es Spotify, la compañía de streaming de música, que llevó hoy a la compañía de Tim Cook a la Comisión Europea con una demanda por competencia injusta.
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La base de Spotify para demandar en el ente regulador a la competencia europea está arraigada en las numerosas faltas y trabas interpuestas por Apple a los negocios de la compañía sueca, principalmente el impuesto al 30% de las compras realizadas a través del sistema centralizado de pago de Apple.
Spotify asegura tener un trato injusto desde el año 2011, en el que se eliminaron los botones de pago de las apps y sistemas de transacción que no pasaran por Apple, lo que incluye la suscripción Premium de la plataforma, la que tuvo que aumentar su precio para solventar el impuesto y se vio presionada a implementar pagos en la misma app.
Además, la app del logo verde estuvo en peligro el 2014 por ofrecer descuentos de manera externa: Apple los amenazó con obedecer o ser expulsados de la plataforma, medida corroborada y validada por el equipo legal de la empresa de Cupertino.
La guinda de la torta es la limitación de servicios de manera monopólica. Por ejemplo, la API de Siri -y de paso, los propios parlantes inteligentes de Apple- no tiene soporte para otro reproductor via streaming que no sea Apple Music, la alternativa de Cupertino que por lo demás gestiona sus propios ingresos, por lo tanto corriendo con ventaja no sólo frente a Spotify, sino que ante todos los otros servicios pagados.
Si a eso le sumamos que Apple Music es el único servicio con notificaciones de tipo push en el iPhone mientras que el resto las tiene prohibidas, Spotify tiene un caso muy serio y justificado entre manos.
«No estamos buscando tratamiento especial»
Ante estas circunstancias y de alguna forma para explicar la polémica, Daniel Ek, CEO y fundador de Spotify, salió al paso de las noticias con un comunicado donde explicó las motivaciones de todo este asunto.
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El gerente asegura que Apple «ha introducido reglas para la App Store que limitan a propósito la elección e innovación, a expensas de la experiencia de usuario». Daniel Ek cree que hacer de jugador y juez al mismo tiempo es competencia desleal, sobre todo después de los numerosos intentos de Spotify por negociar durante años sin la salida legal.
De todas maneras, Ek está consciente que existen otras aplicaciones que no sufren de este problema y han podido negociar con Cupertino, como Uber. «No estamos buscando tratamiento especial (…) Deberíamos todos estar sujetos al mismo juego justo de restricciones, Apple Music incluído», asegura.
El otro pedido del CEO es que los usuarios tengan una elección real de sistemas de pago -como Google en la Play Store- y que no exista un control comunicacional entre usuarios y servicios con restricciones al marketing, algo que al final nos beneficia a nosotros como usuarios.