La primera vez que en Colombia se usó el glifosato para erradicar cultivos ilícitos fue en 1978 cuando el presidente de ese entonces, Julio César Turbay, ordenó la fumigación de plantaciones de marihuana en la Sierra Nevada de Santa Marta. Más de 40 años han pasado desde entonces y miles de discusiones en torno al uso del glifosato como herbicida se han dado en este tiempo. Si bien era una forma de combatir el narcotráfico, las quejas de los ciudadanos por daños ambientales y de salud se habían repetido numerosas veces.
No obstante, no fue hasta hace poco (en el 2015) que se reconsideró el uso del glifosato. Concretamente un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió sobre los peligros de usar este químico. En él se daba una advertencia sobre los posibles efectos cancerígenos que tendría el herbicida. Ante esto, la Corte Constitucional solicitó la suspensión de las fumigaciones aéreas que solían hacerse en esa época.
El Consejo Nacional de Estupefacientes acató la orden y suspendió el uso del glifosato. Sin embargo, diversos reportes señalaron que durante esos años las zonas con cultivos ilícitos en el país aumentaron de forma preocupante. Al cierre de 2017 el país contaba con 207.000 hectáreas de cultivo de hoja de coca.
Si bien se estaban llevando a cabo planes de erradicación manual de cultivos, estos resultaban ser muy costosos y poco efectivos. Por eso en el 2018 el gobierno propuso retomar las fumigaciones pero esta vez usando drones. Según la versión oficial, los impactos ambientales serían menos drásticos al aplicar el herbicida a solo unos metros del suelo.
Pero antes de que esto se pusiera en práctica, la Corte Constitucional le puso un freno. En 2017 el tribunal solicitó que el glifosato no se volvería a usar sin que antes hubiera una estrategia estricta para minimizar el impacto del químico en la salud humana. Así, habría que discutir detalladamente el tema antes de poder retomar actividades. Por eso el jueves 7 de marzo iniciaron las discusiones en la corte sobre el tema del glifosato. Expertos y políticos del país estarán defendiendo sus posturas a lo largo de la jornada que se puede ver en vivo en Youtube.
La posición del gobierno
La jornada fue abierta con la postura del presidente Iván Duque. Durante su intervención hizo reflexiones sobre el estado actual de la política antinarcóticos del país. Por ejemplo, mencionó que los cultivos ilícitos aumentaron del 2013 al 2018 en un 64% por año. Además, señaló que más allá de una discusión sobre herbicidas, esta era una discusión sobre el orden público nacional.
Su postura fue defendida por otros funcionarios como los ministros de Salud, Defensa y Medio Ambiente. Este último, Ricardo Lozano Picón, argumentó que son más graves los daños que han generado los cultivos en cuanto a deforestación que los del glifosato. El resto se centró en la prioridad del orden público nacional al considerar que el químico no generaba daños tan alarmantes.
Rechazando el glifosato
El tema del herbicida ha sido muy mencionado en los últimos años. Las advertencias sobre los posibles efectos cancerígenos de esta sustancia se han puesto en duda en repetidas ocasiones. Sin embargo, en 2018 una noticia sacudió por completo la discusión: un jardinero en Estados Unidos ganó una multimillonaria demanda a Monsanto al reclamar que el uso continuo de sus productos basados en glifosato le produjo cáncer.
Pero no solo hechos internacionales entran en contexto en esta discusión. Diversas sentencias de la corte dan prueba de las quejas de las comunidades por el uso de herbicidas en sus tierras. Por ejemplo, fue la Sentencia T-236 de 2017 la que provocó en un principio la realización de este debate. La razón es que los habitantes de Nóvita, Chocó reclamaron que las aspersiones aéreas representaban serios riesgos para la salud de la comunidad.
Además, durante la jornada personas como el gobernador de Nariño, Camilo Romero Galeano, se opusieron a la reanudación del glifosato. Durante su intervención consideró que su uso «provocaría una crisis humanitaria en la región».
Por ahora el futuro de este tema es incierto y tomará un rumbo según avance el debate. Sin embargo, los colombianos se preguntan en estos momentos qué será lo mejor para el país.