Probablemente uno de los mayores divulgadores científicos de la historia (o al menos de los más reconocidos) fue Carl Sagan. Hasta su muerte a causa de una neumonía en 1996, el astrofísico se había encargado con un gran entusiasmo de enseñarle a la gente del común de qué trata la ciencia, el espacio, el origen de la vida, y demás demás complejos de tratar.
El proyecto por el que más se le ha recordado es el de Cosmos: Un Viaje Personal. A finales de la década de los 70, Carl Sagan se encargó de presentar esta maravillosa serie documental que constó de 13 episodios. En ella se abordaban preguntas fundamentales sobre la propia existencia de la especie humana o su pequeño lugar en el universo.
Sin embargo, puede que uno de los clips más recordados sea uno perteneciente al episodio 9 de la serie (La Vida de las Estrellas). En él, Sagan explica cómo Eratóstenes de Cirene, un matemático, astrónomo y geógrafo del siglo III A.C. descubrió nada más y nada menos que la Tierra era redonda. No solo eso, sino que además calculó con increíble precisión su circunferencia.
Una duda fundamental
La historia ocurre hace 2.200 años en Egipto, concretamente en la ciudad de Alejandría. Allí se encontraba Eratóstenes, quien además de tener vastos conocimientos científicos, era el encargado de la histórica biblioteca de la ciudad.
En la biblioteca leyó un papiro que hablaba sobre la ciudad fronteriza del sur conocida como Siena. Según el texto, algo increíble ocurría en ese lugar durante el solsticio de verano. En el día más largo del año, las sombras de las columnas de los templos se hacían notoriamente más cortas. Además, al mediodía estas desaparecían completamente al encontrarse el sol exactamente sobre la ciudad. La luz llegaba de forma tan recta que era capaz de iluminar por completo un pozo profundo.
Esto sobresaltó de forma notoria al científico. Eratóstenes sabía que en ese mismo día del año las columnas de Alejandría sí contaban con una sombra notoria. Por lo tanto, se preguntó: ¿cómo es posible que las sombras sean distintas en dos lugares al tiempo?
Resolviendo incógnitas
Así, Eratóstenes no encontró otra explicación que señalar que la superficie de la Tierra era redonda. No solo eso, sino que a partir de la distancia de las sombras proyectadas, sabía que entre Alejandría y Siena componía 7 grados de la circunferencia.
No conforme con eso, el científico contrató a un viajero que midiera la distancia entre las dos ciudades. De esta forma obtuvo que la distancia era de unos 800 kilómetros.
A partir de ahí fue cuestión de hacer ecuaciones. Lo que hizo fue tomar en cuenta que 7º es casi una 1/50 parte de una circunferencia, por lo que multiplicó los 800 kilómetros por 50. Como resultado, obtuvo que la circunferencia de la Tierra era de 40.000 km.
Sin nada más que sombras, columnas y matemáticas, Eratóstenes había logrado una gran hazaña. De hecho, estuvo muy cerca con sus cálculos, pues exactamente la circunferencia de la Tierra es de 40.075km.
Por lo tanto, ese día Carl Sagan a través de la historia de Eratóstenes logró destrozar cualquier argumento de los actuales terraplanistas.