No es de todos los días que el CEO de un fabricante te preste su teléfono, y menos si cuesta más de dos mil euros.
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Fuera de todas las bromas tercermundistas que podemos hacer sobre un chileno apropiándose del celular de un turista, fue cuestión de suerte toparnos a Richard Yu (Yu Chengdong), el CEO de Huawei, en un evento en el marco del Mobile World Congress en Barcelona.
Y no sólo encontrárselo, sino que acercarse, pedirle que te muestre su nuevo flagship -el Mate X, que está en boca de todos estos días- y atreverse a decir «can we try it and hold it for a couple of minutes?». No esperábamos un si, pero en la jovialidad y confianza que caracteriza a Mr. Yu, pudimos tener el privilegio de probarlo.
¿Por qué privilegio? El equipo ha estado guardado bajo siete llaves y cubierto por un acrílico en el stand de Huawei en la feria. Es un chiste común en el Hall 3: los foldables de Huawei y Samsung son como la Mona Lisa y La Noche Estrellada, llenos de gente todo el día, cuidados por un par de guardias y sólo visibles a más de un metro de distancia.
El futuro no sólo se dobla: se dobla perfecto
Ayer en el lanzamiento del equipo, consignamos que la solución de Huawei al problema del doblez se veía comprometedora: la duda asomaba en cómo el terminal se dobla y se junta en el espacio donde comienza -y termina- la pantalla.
Basados en nuestra propia prueba, el equipo está diseñado para calzar con suavidad en un seguro que sujeta la pantalla, y que tiene un botón para soltarla y transformar el equipo en tablet.
El calce es perfecto, con menos de un milímetro de separación, y ambos lados de la pantalla quedan totalmente paralelos.
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¿Por qué esto es importante? Si ven imágenes del Galaxy Fold o del teléfono de Royole, se darán cuenta que cuando el teléfono está doblado las caras no van paralelas, y queda un espacio triangular entre la pantalla y la bisagra que puede ser potencialmente dañino para la constitución del terminal.
Con el calce asimétrico, el Mate X se ahorra dolores de cabeza y mantiene la rigidez del teléfono. El equipo tiene cierta resistencia a la hora de abrirse y cerrarse, precisamente a sabiendas que la bisagra es el punto de flexión más fuerte y por lo que pudimos apreciar, el menos ‘suave’ de tratar.
De perogrullo: adiós al vidrio
Con el panel nos llevamos una sorpresa: es tremendamente brillante y bastante menos propenso a reflejos como sus contrapartes de vidrio.
Teníamos dudas acerca de la deformación del plástico, ya que hemos visto otros equipos con resultados bastante deplorables. En este caso, el Mate X se ve resistente y no pudimos apreciar torsión de los pixeles ni deformación aparente.
El único detalle -y que realmente es una minucia a estas alturas- es que si lo miras desde un costado puedes notar que la cobertura del panel OLED es un plástico muy delgado que no tiene la rigidez de un panel de vidrio.
Sin embargo, todos sabemos que el vidrio no se puede doblar, así que una por otra.
Delgado pero denso
El otro quiebre mental de tener el equipo en las manos es su constitución. A primera vista, el Mate X parece delgado y frágil, y realmente es bastante pesado, más que un teléfono normal. Mejor dicho, como dos teléfonos normales.
En cuanto a su complexión el terminal me produjo la misma sensación que el Moto Z en su mejor momento: es lo más delgado que he visto pero tiene tan buenos materiales que no lo voy a romper.
En un primer acercamiento te da miedo doblarlo. ¡Estamos demasiado acostumbrados a los paneles de vidrio! Conforme lo vas usando te das cuenta que está hecho para eso.
El peso es un tema: no sé si sea justo decir que es pesado: quizá al límite de lo que consideramos un peso razonable para un móvil, y se justifica sabiendo que es un equipo sacado de la serie Transformers y que es el primero en su categoría, además de sus dos baterías.
Respecto a los materiales, si han tenido un gama alta de Huawei saben de lo que estoy hablando. Una muy buena combinación de metales brillantes y aluminio con dos paneles matte detrás, que se siente sólido y resistente.
De todas formas, y como todo teléfono que pasa por mis manos, yo le pondría una carcasa.
Un software premium
Hay que ser justos con EMUI. Si bien la capa de Huawei no es un santo de mi devoción, ha mejorado muchísimo a lo largo del tiempo y tiene varias mejoras aparentes respecto al usado en los teléfonos de la marca.
En primer lugar, la pantalla es totalmente adaptable. Puedes girarla en cualquier dirección, respecto a lo que te resulte más cómodo. Para mi, eso es tener la pantalla abierta en horizontal y sostener el equipo con la mano izquierda en el espacio de las cámaras.
Otra mejora que parece un delirio de ingeniería aplicada: el teléfono usa el acelerómetro para encender la pantalla que estás mirando y apagar el reverso en modo doblado. Si lo giras, se cambia a la otra ‘pantalla’ inmediatamente.
También es una ventaja con respecto al contenido visto como tablet: si estás leyendo un sitio web como FayerWayer™, y se te ocurre doblar la pantalla, el contenido se adapta de inmediato al tamaño, en ambas configuraciones y en las dos pantallas nuevas.
Richard Yu nos confirmó que el software para el equipo está todavía en desarrollo, y que aún quedan algunas cosas en el tintero para próximos anuncios.
Conclusiones
Es un poco triste que yo lo diga siendo un habitante del tercer mundo, pero mientras más tenía el equipo en mis manos, más se justificó su alto precio en mi cabeza. Huawei se está poniendo rápidamente a la cabeza en términos de innovación móvil, y el Mate X definitivamente es muestra de ello.
Es muy probable que al otro lado del mundo este equipo parezca prohibitivo, y es porque efectivamente no es para nosotros. De hecho ni siquiera es para el primer mundo. Ni por asomo es para el usuario promedio.
El Mate X es la vanguardia de lo que bien puede ser el futuro de los dispositivos móviles, y estamos asistiendo en primera fila al comienzo de esa transformación. En ese sentido, nadie tuvo un iPhone 2G el 2007 con la facilidad que podemos comprar uno ahora, y será muy difícil ver un Mate X en Latinoamérica durante este año.
De todas formas, son pocas las veces en que podemos apreciar un avance tecnológico de manera tan patente, y Huawei lo sabe. Quiere que entendamos que esto es uno de los futuros posibles, y lo pone a disposición del mundo.
La bola está corriendo y nos toca ver con ansiedad si llega al final del carril.