Un experto del Instituto de Química de la Universidad de Barcelona realizó un análisis de varias ballenas azules chilenas y encontró una situación preocupante: tienen una serie de químicos tóxicos.
El análisis fue realizado por el químico español Juan Muñoz-Arnanz, del instituto mencionado, quien revisó muestras tomadas por el Centro de Conservación Cetácea (CCC-Chile), una “ONG sin fines de lucro que trabaja activamente en la conservación de las especies de cetáceos y sus ecosistemas acuáticos en Chile y el Hemisferio Sur”
Durante la investigación se estudió de 37 ballenas azules en el golfo del Corcovado, una zona privilegiada frente a la isla de Chiloe, en la Región de Los Lagos. Lo que encontró fue lamentable.
El químico halló que en su grasa hay químicos altamente contaminantes y de lenta degradación. Sin ir más lejos, entre los químicos detectados están compuestos como DM, policlorobifenilos (PCB) y hexaclorobenceno, conocidos como Contaminantes Orgánicos Persistentes.
Aunque la presencia de estos químicos no es algo nuevo, tal como rescató Cooperativa, la investigación deja al descubierto una situación alarmante. El estudio descubrió por primera vez concentraciones de las toxinas en la grasa de estos animales en el hemisferio sur, aunque afortunadamente sería menor a las del norte.
Este animal ha bajado su número de ejemplares en el último tiempo y centros como el CCC Chile han depositado sus esfuerzos en preservarlo.
De todos modos, al otro lado del mundo, particularmente en Japón, parecen no estar demasiado preocupados por los familiares que habitan en esa zona. Recientemente anunciaron que volverían a cazar ballenas, marginándose de un acuerdo de años. Ve esta nota.