El Musée Mécanique en la ciudad de San Francisco es un monumento vivo al entretenimiento de antaño. Emplazado en el turístico Muelle 45 y con una vista privilegiada a la isla de Alcatraz, el museo alberga piezas de alto valor histórico para todos los que hemos jugado alguna vez en una máquina tragamonedas.
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Como parte de nuestro paso por la Bay City, fuimos a conocer este espacio, que entre tanto atractivo turístico, locales de comida rápida y bandas en vivo, suele ser dejado de lado. ¿Qué mejor que jugar recreativas en la Bahía?
Con más de 300 piezas, la mayoría totalmente funcionales, este museo familiar es realmente la colección personal de Edward Galland Zelinsky, un coleccionista que dedicó toda su vida a intercambiar y reparar los conocidos “penny arcades”, máquinas de entretenimiento que funcionan a base de monedas. Algunas de estas piezas datan desde los años veinte, y son los precursores a la cultura de los flippers y videojuegos de los años setenta y ochenta.
La colección de Zelinsky se volvió pública en los años setenta y ha sido mantenida por la familia del coleccionista hasta ahora, con Edward ya fallecido y su hijo, Daniel Zelinsky, asumiendo la curatoria y reparación de aparatos que tienen casi un siglo de antigüedad.
Por su parte, el museo es totalmente gratuito, pero las máquinas requieren un par de monedas para funcionar, muchas de ellas todavía entregando regalos, tarjetas o simplemente siendo una atracción pasajera para los más de cien mil visitantes que el museo tiene cada año.
Las opciones son variadas: hay máquinas para aplastar centavos de dólar, cabinas fotográficas en blanco y negro, pianos mecánicos, kinetoscopios con imágenes en movimiento, estereoscopios con fotos en tres dimensiones, además de muchísimos espectáculos mecánicos y recreativas más modernas. El pasado y el presente unidos en un solo espacio.