Parece que Apple tendrá un 2019 muy complicado para mantener a flote su negocio con el iPhone. Primero le explota ese escándalo sobre el bug espía en FaceTime; y ahora salen las proyecciones de sus embarques en el primer periodo del año. Y son terribles.
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Pero para ello primero es necesario dar un poco de contexto. Desde el año pasado Apple decidió eliminar un dato de sus informes de resultados financieros. Relativo a la cantidad de unidades enviadas (shipments) del iPhone para ponerse en venta.
De modo que ahora su más reciente reporte, correspondiente al primer cuarto de 2019, habla únicamente de dinero.
Donde con el iPhone tuvieron ventas por USD $51.980. Una cifra inferior a los USD $61.100 logrados para el mismo periodo del 2018.
Antes de conocer estos resultados Apple dijo que esperaba ingresos de entre USD $89.000 millones y $93.000 millones entre todas sus líneas de negocio.
Pero luego redujo sus proyecciones, citando las condiciones del mercado chino. Y que menos usuarios de los esperados migraron a un modelo más nuevo el iPhone.
Millones de iPhones menos
El hermetismo de la compañía por revelar cuantas unidades exactamente vendieron del iPhone ha llevado a varias firmas a realizar sus propias estimaciones de embarques de unidades. Y no son alentadoras.
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Por ejemplo, la gente de Canalys calcula que con ese número de ventas Apple debió haber vendido entonces cerca de 71,7 millones de iPhones. Osea, más 6 millones menos que lo despachado en 2017.
En donde los modelos más nuevos no tuvieron gran desempeño. Bajo la siguiente distribución de envíos:
- 22 millones de unidades del iPhone XR.
- 14 millones de unidades del iPhone XS Max.
- 9 millones de unidades del iPhone XS.
Con Strategy Analytics el panorama es todavía peor. Ellos estiman que Apple despachó 65,9 millones de unidades. Un 15% menos que el año pasado.
Hay bastantes factores en juego que estarían fastidiando las ventas de Apple. Desde el precio cada vez más elevado de los terminales. Hasta la satisfacción de sus usuarios.
Pasando por el poco interés por la marca en mercados emergentes y la dura competencia de Huawei y otros fabricantes más baratos.