Un grupo de desarrolladores de la Universidad Católica de Chile creó un sistema de reconocimiento facial para vigilar a los estudiantes en cuanto a su asistencia a las salas de clases.
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Según explicaron en un comunicado, “seguir la asistencia de los alumnos, resulta una gestión importante en muchas instituciones de educación. Sin embargo, la tarea de pasar lista, toma tiempo”.
Ante esto, desarrollaron una aplicación que ya fue probada en salas de hasta 70 alumnos aproximadamente, durante 25 clases. El software emplea sistemas de algoritmos de reconocimiento facial que permiten contar el número de rostros en un registro digital e identificar quiénes asistieron a los cursos.
Quienes están detrás son Domingo Mery, profesor del Departamento de Ciencia de la Computación de Ingeniería UC, e Ignacio Mackenney y Esteban Villalobos, estudiantes del programa de Investigación en Pregrado. Mery explicó que pasar lista en un aula de 70 alumnos, puede alcanzar en promedio los cuatro minutos diarios y 80 minutos en un semestre:
“Creemos que nuestro sistema automatizado de asistencia estudiantil, basado en el reconocimiento facial de las imágenes digitales, puede contribuir a la gestión de este tipo de tareas, porque permite ahorrar tiempo a los profesores y estudiantes. También evita las falsas asistencias a clases”.
Con esta aplicación, se puede tomar una o varias imágenes del aula usando un smartphone para registrar a todos los alumnos presentes, previa etapa de inscripción de cada estudiante y su respectiva imagen en el sistema.
El algoritmo detecta las caras en la imagen registrada y reconoce a los alumnos presentes o ausentes en orden. Luego, la aplicación almacena en su sistema la asistencia a la clase. El software se está desarrollando en conjunto con la empresa BiometryPass.
Ciertamente, este tipo de tecnologías también puede llevarse a lugares bastante oscuros. Puede que la foto desde un celular parezca inofensiva, pero ¿te imaginas un sistema de reconocimiento facial permanente en estos espacios? Este tipo de mecanismos de control también encaja en lo que Foucault conceptualizó como biopoder (ve este texto).
¿Qué te parece la iniciativa?