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Super Smash Bros. Ultimate, o el reencuentro con un viejo amor [FW OPINIÓN]

La nueva versión de Super Smash Bros. salió hace un par de semanas para Nintendo Switch, luego de una no tan larga espera que estuvo llena de hype.

Ha pasado algún tiempo desde que llegó una copia de Super Smash Bros. Ultimate a nuestras manos, y si bien quizás ya leíste todas las reseñas de Internet sobre el juego, este texto posiblemente te entregue otro punto de vista a lo que ya viste por ahí. Obviamente hablaremos de los aspectos técnicos —porque tenemos que hacerlo—, pero además hay un valor agregado: este es el reencuentro con un viejo amor… Pero primero, hablemos de lo técnico.

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 SSBU cuenta con la no despreciable suma de 103 escenarios, los cuales se transforman en 309 cuando notamos que existen tres modalidades de juego: normal, campo de batalla y omega. Este último es un modo que aplana el terreno para eliminar distracciones, como cambios en las superficies u otros personajes que aparecen en la parte posterior del cuadro.

En cuanto a los personajes disponibles, esta es sin duda la mayor gracia de toda esta obra maestra. Acá contamos con 74 personajes que podremos ir desbloqueando a medida que juguemos en los varios modos que existen, partiendo con los ocho iniciales de la versión de Nintendo 64 (Mario, Donkey Kong, Link, Samus, Yoshi, Kirby, Fox y Pikachu), un dejo de nostalgia que obviamente nos llena de emoción.

 Sobre los modos, acá contamos con ocho modalidades de juego que puedes ir explorando para desbloquear recompensas, espíritus (entes que mejoran las habilidades de tu luchador dependiendo del modo en el que te encuentres), personajes, etc. Los modos son Combate Normal —el versus de siempre—, Tropa Smash, Torneo, Smash Especial, Smash Arcade —la sucesión de peleas del primer juego para llegar a Master Hand—, Entrenamiento, Asalto —algo así como un Royal Rumble— y el modo historia, acá llamado World of Light.

Super Smash Bros Ultimate

 Acá hay que hacer un punto aparte, porque este es el argumento principal de todo el juego. World of Light nos permite explorar un mapa larguísimo que nos llevará a Lumina, una entidad malévola que arrasó con el universo de Nintendo, derrotando y capturando a todos los personajes de la empresa, menos a Kirby, con quien tendremos que ir desbloqueando todos y cada uno de los 74 personajes que incluye SSBU. Esta aventura nos asegura cerca de 30 horas de juego, por lo que explorar el mapa puede tomar algo de —o tal vez demasiado— tiempo, no obstante, hay que verlo como una “inversión”. La idea es genial y se pasa muy bien peleando con las versiones malvadas de Mario, Link, Ryu, Bowser, etc. Quizás podríamos haber esperado algo de interacción en este “modo historia”, ya que si bien existe una línea principal, el foco está puesto 100% en las peleas y en los espíritus que mencionamos más arriba. Nada más, nada menos.

En términos generales, el juego está bastante bien, y funciona aún mejor con la actualización 1.2.0, la cual llegó para arreglar algunos tópicos relacionados con la dificultad del juego y las habilidades de algunos oponentes, entre otras cosas menores… La pregunta es ¿por qué es el reencuentro con un viejo amor?

Para aquellos que jugamos la primera versión de Super Smash Bros en Nintendo 64 —en mi caso particular, sólo había jugado ese título antes—, siempre es reconfortante saber que los orígenes de determinadas sagas están presentes permanentemente en las obras posteriores a ella. En el caso de SSBU, esto se ve reflejado en los escenarios, ya que, incluso desde un primer momento, podemos jugar en todas las plataformas que habíamos visto anteriormente. Mi sorpresa fue grande al notar que Ciudad Azafrán, el Castillo de Peach, Brinstar y todos los nombres de N64 estaban ahí. Posteriormente, notaría que también estaban los títulos de Brawl y las ediciones de Wii U, por lo que el golpe fue directo en la nostalgia.

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La música también jugaría un rol fundamental en toda esta operación. Las canciones —que están disponibles de manera independiente en la fonoteca— también eran las mismas de antaño, pero en su versión remasterizada, aportando de manera sustancial en el ambiente que se genera al jugar solo o con tus amigos.

Básicamente, lo que quiero decir con todo esto, es que, incluso con todas las mejoras presentes en la edición Ultimate de este juego (que de verdad se siente mucho más “Ultimate” de lo que podríamos imaginar), fue como rememorar las tardes eternas de mi infancia al jugar Super Smash Bros en el living de mi casa en ese antiguo N64. Los movimientos, escenarios y personajes eran distintos, pero la esencia seguía ahí, y en el fondo, es eso lo que más importa a la hora de jugar títulos como este. Que no se pierdan en el camino.

No podría afirmar con plena seguridad que esta es la edición más completa de un Super Smash Bros a la fecha —lo es, sin duda, pero dejemos que gente con más experiencia lo diga—, no obstante, sí puedo decir que es el videojuego que mejor complementa aquella experiencia “básica” de Nintendo 64. Tal vez no sea el juego más bueno del mundo, pero sé que mi niño interior de 12 años estaría feliz jugándolo una y otra y otra vez, tal como en esos extraños años 2000.

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