¿Han escuchado ese adagio que reza que si algo no está roto, no lo arregles? Samsung parece haber seguido a rajatabla esa premisa en su segmento de Wearables, especialmente en los relojes.
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La nueva especialidad de la casa en ese ámbito es el Galaxy Watch, ahora parte importante del ecosistema móvil de Samsung y que tuvimos en nuestras manos -realmente, en la mano izquierda- durante un par de semanas.
Para nosotros no fue ninguna sorpresa que, aunque cambiase el nombre, los relojes de la marca coreana siguen siendo los mismos de siempre.
Haciéndolo bien por años
Si hay una característica que se mantiene a lo largo de todos los relojes inteligentes de Samsung es la línea de diseño. Los Gear S3 y Gear Sport de la marca compartían un lenguaje muy refinado, hecho con materiales de excelente calidad; no es raro que se repita el mismo patrón en este caso. El equipo conserva ese apelativo «premium» con sencillez y elegancia en su construcción.
En lo que si se quedan, y creo que es un mal endémico a todos los smartwatches, es la correa: si bien el plástico es de muy buena calidad, hace desteñir a lo que otrora podría haber llevado una correa de cuero, o un brazalete metálico.
Samsung lleva haciendo bien las cosas desde hace mucho tiempo en esta área y no iba a dejar de hacerlo sólo por un cambio de nombre. De hecho, se conserva casi todo lo que conocíamos desde el Gear Sport, como el tamaño y el sistema operativo, que sigue siendo una versión bastante rápida de Tizen.
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En lo que respecta a su funcionamiento, sigue estando conectado a tu móvil sin mayores complicaciones y tan rápido como siempre: las notificaciones siempre llegan primero al reloj y luego al teléfono, para sólo mirar al primero. Todo lo bueno se mantiene, como la capacidad de contestar con mensajes rápidos en tu servicio de chat favorito, o cambiar la canción en tu reproductor de música sin tener que sacar el móvil.
De más está decir que la detección automática de ejercicio sigue siendo perfecta, y ahora incluye un GPS muy bien calibrado que te permite mapear el recorrido de tu ejercicio incluso si no llevas el teléfono en los bolsillos.
La adición interesante en esta pasada es la medición de estrés, la que saca un promedio entre tus pulsaciones cardiacas y tu oxigenación sanguínea -el Galaxy Watch mide ambas, se supone- y te avisa cuando estás muy estresado, con ejercicios para bajar las revoluciones.
Equivocándose en lo de siempre
Sin embargo, los errores del pasado siguen existiendo y ahora son más patentes que nunca. Por ejemplo, la medición que mencionamos antes es imprecisa, lo que se nota muchísimo en la lectura de sueño, donde en ningún pude obtener un resultado apropiado.
Tizen, a pesar de ser un sistema bastante confiable y relativamente sencillo de usar, no tiene una base de desarrolladores tan grande y precisa de más aplicaciones que las que están disponibles en el reloj. Muchísimas aplicaciones podrían tener soporte y las que ya tienen, como por ejemplo Uber For Gear, no funcionan.
Por otro lado, los errores en la detección de ejercicio siguen siendo los mismos: llevar una bicicleta con las manos y no andar en ella cuenta «como ejercicio» para el reloj, por citar un caso emblemático. En nuestras pruebas conseguimos engañar al Watch andando en scooter eléctrico por la ciudad, lo que para el reloj inteligente era una bicicleta.
Otro punto en contra es la duración de la batería. Samsung asegura que su modelo de 42 mm dura como mínimo cuatro días, y nosotros no pudimos llegar a más de dos. Suponemos que la versión de 48mm debe tener mejor duración, pero si estás buscando un smartwatch que no tengas que cargar, considera otra alternativa menos «inteligente».
Las deficiencias de antaño también se hacen extensivas a las llamadas por voz, las que siguen siendo de pésima calidad y te obligan a hablarle al reloj así como acercarlo a tu oreja. El volumen sigue siendo bajo, lo que acompañado de la poca calidad de la llamada, me hizo descartar por completo los momentos Dick Tracy.
¿Lo compro?
Si estás buscando un smartwatch y jamás has tenido uno, el Galaxy Watch bien puede ser la puerta de entrada a los wearables. En calidad y experiencia de uso es actualmente una de las mejores alternativas en el mercado, sobre todo si usas Android.
Sin embargo, los que ya hemos tenido de estos chiches en el pasado, creemos que el incremento en esta pasada no es suficiente. Si encuentras un S3 Frontier más barato, o incluso el Gear Sport, quizá te convendrá decantar por dichas alternativas, al menos hasta que el Galaxy Watch baje de precio.