Siempre hemos escuchado que el sueño es una actividad reparadora que con suficientes horas ayuda a que nuestros organismos se mantengan saludables. Es bueno para la memoria, controlar el peso, y conservar el buen estado general de los órganos. No obstante, puede que durante este tiempo el cuerpo no se beneficie tanto si se trata de sanar heridas.
PUBLICIDAD
Así lo señalaron científicos en un estudio que se publicó en Science Translational Medicine. Contrario a lo que se puede creer, las heridas se suelen cerrar a un ritmo mayor durante el día en comparación a la noche.
Para entender esto debemos tener en cuenta el trabajo de los fibroblastos. Estos son un tipo de células que actúan en las heridas produciendo proteínas como el colágeno que sirven para cerrarlas.
Sin embargo, el accionar de los fibroblastos depende de la existencia de actina en el cuerpo. Cuando hay suficiente cantidad de esta proteína, las células trabajan a un ritmo acelerado para sanar la herida. De lo contrario, ven sus capacidades de movimiento muy limitadas.
Al parecer tendríamos niveles más altos de actina en el día. Esto se debería a lo que se llama como ritmos circadianos.
Todo gracias a los ritmos circadianos
Los ritmos circadianos son variables biológicas que cambian según intervalos de tiempo. Por supuesto, en esto está involucrados los cambios de día, cuando somos más activos; y de noche, cuando solemos descansar.
Los investigadores hicieron pruebas en ratones para determinar en qué momento sus cuerpos sanaban más rápido. En todos los casos los roedores tenían una mejor recuperación mientras estaban activos que cuando estaban dormidos.
PUBLICIDAD
Pero ahora viene el detalle importante: en el laboratorio se pudo manipular los ciclos de día-noche internos de los ratones. Por medio de acciones como prender la luz durante la noche o medicación podían simular en los ratones momentos distintos del día. Lo útil de esto es que aplicado en humanos se podría dar una solución para que podamos recuperarnos de las heridas más rapido.
También comprobaron que nuestros cuerpos funcionaran de esa manera en la sanación. De ese modo procedieron tomando los datos de varios pacientes que habían sufrido quemaduras en la piel y los compararon según el momento en el que fueron ingresados. Los que fueron atendidos durante la noche (8pm a 8am) tardaron un 60% más en sanar que aquellos atendidos durante el día. Una cifra muy diciente de un promedio de 27 días frente a los 17 días de los segundos.
Estos resultados pueden ayudarnos a lograr mejores resultados en procesos de recuperación. Esto implicaría tanto operaciones, como tratamiento y/o medicación más efectivas y rápidas para curar heridas.