Sabemos que hay un agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea. Además del perturbador hecho de que está en nuestro vecindario espacial, no conocemos mucho de cómo llegó ahí o cómo se creó. De hecho, es algo que todavía guarda cierto misterio alrededor de esos agujeros negros de tal tamaño en galaxias como la nuestra.
Un equipo científico internacional entre los que se incluyen investigadores chilenos acaba de descubrir algo revelador sobre este tema. Según el grupo, la existencia de los agujeros negros supermasivos se debería a un fenómeno entre galaxias. Más específicamente: el brutal choque entre dos de ellas.
El documento publicado en Nature lanzó la conclusión después de tomar 20 años de observaciones de telescopios como el Hubble o el Keck y el observatorio de rayos-X Neil Gehrels Swift.
El astrónomo del Instituto de Astrofísica de la Universidad Católica, Ezequiel Treister, explicó en qué consiste el estudio:
En otras palabras, se cree que cierta cantidad de agujeros negros supermasivos debe su existencia al choque de dos galaxias. Esto se daría al unirse los dos núcleos galácticos en un solo gran agujero negro.
El proceso se daría como en la siguiente simulación hecha por computadora. Durante tres mil millones de años, las dos galaxias se acercarían y chocarían para unirse en un solo elemento. Mientras tanto, se compara con una toma real del telescopio de rayos-x Swift-BAT.
¿Qué significa esto?
Treister resalta la grandes incógnitas que esta investigación está tratando de resolver:
Este estudio es muy útil para reconocer qué ocurrirá en un futuro para galaxias como la nuestra. Ya conocíamos que la Vía Láctea chocará en un futuro con Andrómeda. Por lo tanto, podremos esperar que se de el mismo proceso de la simulación que acabamos de ver.
La investigación concluye que los agujeros negros oscurecidos, es decir, aquellos que están cubiertos de material como polvo y gas producto de la fusión galáctica, tienen una mayor probabilidad de participar de este tipo de dinámica. “El choque de galaxias es un mecanismo clave para obscurecer estos procesos”, afirmó Claudio Ricci, astrónomo del Núcleo de Astronomía de la Universidad Diego Portales y también parte del equipo de trabajo.
Ahora el objetivo es lograr entender cómo es que se produce la alimentación y crecimiento de estos agujeros negros durante el proceso de choque de dos galaxias, y cómo se produce la interacción con las galaxias que las hospedan.
