Vivir más y de forma saludable se ha convertido en una obsesión en muchos. Pero al margen de los alimentos milagrosos y todo eso, hay un tema que no se puede pasar por alto: el ejercicio.
Quizás la parte más estudiada del antienvejecimiento es el papel de los telómeros. ¿Telo qué? Se trata de los extremos protectores de los cromosomas que, naturalmente, se acortan a medida que envejecemos. Ahora, un nuevo estudio alemán sugiere que un tipo específico de ejercicio puede ser la clave para mantenerlos largos.
La investigación fue publicada en la European Heart Journal, y la metodología consistió en el reclutamiento de 164 voluntarios en Leipzig, Alemania. A través de este estudio, el coautor y cardiólogo Ulrich Laufs, demostró que los ejercicios de resistencia cardiovascular revertían el acortamiento de los telómeros.
Los sujetos de estudio fueron divididos en grupos donde realizaron distintos tipos de actividades: algunos caminaron, trotaron, hicieron entrenamiento de alta intensidad a intervalos o levantamiento de pesas en máquinas. Durante 26 semanas, los participantes realizaron su entrenamiento de elección tres veces por semana.
Al final de los seis meses, se analizó su sangre para determinar la actividad de una enzima llamada telomerasa, que alarga los extremos de los telómeros con bloques de construcción de ADN .
Con cada división de una célula, los telómeros se vuelven más cortos. “Una vez que los telómeros han alcanzado una dificultad crítica, la célula experimenta senescencia y finalmente la muerte celular», explicó Laufs en un artículo de Inverse.
Encontraron que 45 minutos de running correspondían a un aumento en la actividad de la telomerasa, pero no se pudo decir lo mismo de los 45 minutos de levantamiento de pesas o lifting.
Laufs no puede explicar completamente por qué la actividad de la telomerasa aumenta con el ejercicio de resistencia cardiovascular y no con el levantamiento de pesas, aunque cree que se corresponde con la liberación de óxido nítrico, una molécula que se ha demostrado que aumenta la actividad de la telomerasa.
«Este concepto se ha establecido en modelos experimentales/animales y debe probarse en humanos», concluyó Ulrich, agregando que un trote ligero tres veces a la semana sería suficiente para activar este proceso.