Antes de que te lo preguntes: sí, los árboles pueden ser machos o hembras. Las formas de reproducción de las plantas son tan variadas que pueden cambiar mucho de una especie a otra. Sin embargo, estamos aquí para hablar de un árbol en específico: el tejo.
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El árbol de tejo es una especie con una longevidad destacable, pues puede llegar a vivir miles de años. Proveniente de Europa, usualmente se ubica en cementerios, pues según creencias religiosas este ejemplar representa la inmortalidad del alma.
Pero más allá de cómo se le quiera usar como símbolo, el tejo tiene una particularidad interesante. Se sabe que dadas las situaciones, este árbol es capaz de cambiar de sexo para adaptarse al entorno. Sin duda, algo que lleva haciendo mucho antes de que cualquier ser humano imaginara que esto fuera posible.
¿Por qué lo hace?
El tejo proviene de la Era Terciaria o Cenozoica, una época geológica que comenzó hace 66 millones de años. Dicho periodo provocó un enfriamiento a largo plazo del planeta, generando condiciones climáticas complicadas.
En esa época apareció este árbol que tenía la capacidad de adaptarse a grandes cambios climáticos. Esta resistencia le ha permitido atravesar periodos tanto fríos como más cálidos, pero para ello tendría que sufrir un cambio.
El biólogo español Prudencio Fernández González explicó que la razón de la resistencia de esta especie ha sido su capacidad para poder cambiar de sexo:
Al ser árboles tan longevos, las condiciones ambientales en las que viven a lo largo de su existencia han ido cambiando en los últimos siglos, Algunas veces el clima ha sido más caliente, otras más frío, y hay árboles que han sobrevivido a todos esos siglos y cambios».
Anotó que la versión macho del árbol puede atravesar condiciones climáticas más duras con más frío y menos agua. En cambio, las hembras necesitan un clima un poco más templado y más nutrientes en los suelos.
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Al parecer al percibir las condiciones del clima se generaría un cambio en el balance hormonal que controla el funcionamiento de sus órganos reproductivos. Siendo así, pueden cambiar lentamente su sexo para ser más resistentes al las condiciones actuales. No es algo que ocurra inmediatamente, pero es un proceso que eventualmente se lleva a cabo dada la necesidad.
El experto dice que actualmente hay una mayoría de árboles hembra. No obstante, en un futuro próximo puede que tengan que volver a hacer un cambio debido a los efectos del cambio climático:
Concretamente para la península ibérica se calcula que para el ultimo cuarto de siglo, las precipitaciones se hayan reducido prácticamente en un 30 por ciento, las temperaturas hayan aumentado 2 o 3 grados y veremos que las condiciones van a ser mucho más duras para la teja hembra, que antes que morir va a reducir de alguna manera sus requerimientos de nutrientes».