Específicamente, el Plan Maestro especifica que existen tres zonas que requieren de atención urgente en el sistema del Metro de la Ciudad de México: Pantitlán, la zona del Peñón de los Baños de la Línea 5, y el área de Insurgentes Norte de la Línea 3.
De vital importancia es el complejo de Pantitlán, en donde 4 líneas diferentes se encuentran, creando una de las estructuras más grandes en el sistema del Metro. Si este complejo llegara a encontrarse en riesgo, crearía una interrupción masiva del Servicio de Transporte Colectivo con las líneas 1,5,9, y A inutilizables.
¿El culpable de todas estas afectaciones?
El hundimiento del subsuelo de la Ciudad de México es el causante de todos estos problemas. Gracias a que el suelo está compuesto principalmente de arcillas y materiales volátiles, el peso de las construcciones en la ciudad ha ido hundiendo las estructuras de la ciudad, poniendo en riesgo la infraestructura del STC. Esto, acompañado de las constantes lluvias en la región, han debilitado el suelo y han causado el deterioro de las vías de casi 50 años del Metro.
Aunque ya existían proyectos para evitar mayores daños a las diferentes líneas, como el de la construcción de un túnel en la línea 5 para evitar la inclinación de las vías, la falta de recursos no ha permitido la reparación o mantenimiento correcto de este sistema.
Ahora, es necesario realizar estudios a profundidad acerca de cada área afectada en el STC, y la realización de una gran variedad de proyectos de mantenimiento, si se desea continuar utilizando el uso correcto y seguro del Metro de la Ciudad de México. Esperemos que la próxima administración ponga atención a uno de los medios de transporte colectivos más importante del país.