Cada día podemos saber más cosas de nuestro sol. Una investigación reciente ayudaría a entender con más detalle el funcionamiento del campo magnético solar. Esto sería gracias a hallazgos que revelaron comportamientos extraños de nuestra estrella relacionados a los rayos gamma.
Los rayos gamma son un tipo de radiación que resulta ser el de mayor energía de todo el espectro electromagnético. Naturalmente, su origen se establece en los rayos cósmicos, partículas subatómicas que viajan a través del espacio y que provienen de grandes eventos astronómicos. A pesar de sus orígenes tan lejanos, se sabe que nuestro sol también emana cierta cantidad de rayos gamma.
Pero en realidad no es que el sol produzca los rayos gamma. La estrella estaría recibiendo los rayos cósmicos que se combinan con los protones solares, produciendo gran energía en el proceso y expulsando nuevamente los rayos gamma. Esto pasa gracias al campo magnético solar, que agarra las partículas cargadas y las hace girar como en un tornado. Si no existiera este fuerte campo magnético, seguro que las partículas se perderían en la superficie solar.
Se pensaba que en un periodo de menor actividad solar (con menor intensidad) se expulsarían menos rayos gamma, pero resultó no ser así. La investigación encabezada por el astrofísico Tim Linden arrojó extrañamente que la situación ocurría al contrario. En periodos de mayor actividad solar, se expulsaban rayos gamma de menor intensidad, y viceversa.
Intensidad inusual
El equipo analizó datos que proporcionó el telescopio espacial Fermi Gamma Ray de la NASA. Usaron la información obtenida entre agosto de 2008 y noviembre de 2017 para esta tarea.
Los científicos notaron un periodo de baja actividad solar entre 2008 y 2009. Así mismo, hubo un periodo de mayor actividad en 2013 y una posterior reducción de actividad antes de comenzar el 2018. Después de eso, registraron la cantidad de rayos gamma expulsados en esos tiempos.
Se sorprendieron al darse cuenta que las mayores intensidades de rayos gamma provenían de periodos de baja actividad solar. En ese tiempo los rayos gamma alcanzaban energías de hasta 100 mil millones de electronvoltios (100 GeV) cuando un fotón de sol común en ese periodo llegaba hasta los 467,7 GeV. Mientras tanto, en periodos de alta actividad solar los rayos gamma no superaban los 50 GeV.
No solo eso, sino que los rayos gamma se concentraban en ciertos puntos específicos. En periodos de alta actividad solar, estos se distribuían por el ecuador, mientras que en periodos bajos, estos tenían a irse más a los polos.
Si bien el descubrimiento deja más dudas que nunca sobre el campo magnético del sol, estos son pasos que ayudan a la eventual comprensión de nuestra estrella.