Se podría decir que pocos adolescentes en el mundo han tenido una particularidad tan marcada como alguna vez la tuvo ‘Denny‘. Poco se sabe de ella, además de alcanzó la edad de 13 años hace milenios. Sin embargo, hay una cosa que es segura: su existencia fue producto de la relación entre dos especies humanas diferentes.
Se bautizó como ‘Denny’ al individuo que los científicos etiquetaron como «Denisova 11». Solamente una falange de su cuerpo fue encontrada en una cueva ubicada en las montañas de Altái, en Siberia. No obstante, esto fue suficiente para hacer un análisis genético que determinó que ‘Denny’ era hija de una homo neanderthalensis y un homínido de Denísova. Estas fueron dos especies humanas que convivieron en el mismo periodo con los homo sapiens.
Se sabe que hace 50.000 las dos personas tuvieron un encuentro sexual del que nació Denny. A partir del hueso de 1,5 cm descubrieron que murió a la edad de 13 años todavía por razones desconocidas.
El descubrimiento fue hecho por científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania). Esto resulta ser algo muy importante porque si bien ya se han encontrado restos de individuos híbridos de varias especies humanas, Denny es la primera que tiene en su ADN un 50% de mezcla entre neandertales y denísovas.
El hecho fue muy sorprendente, pues los investigadores no esperaban encontrar un descendiente directo de ambos grupos. Así lo admitió Svante Pääbo, uno de los autores del estudio:
Encuentros más que casuales
Los neandertales son una especie de la que tenemos algunos conocimientos. Fabricaron herramientas, hicieron pinturas rupestres, dejaron su huella por toda Europa y se extinguieron hace 28.000 años. Mientras tanto, muy poco se sabe de los homínidos de Denísova, de quienes se sabe que alguna vez existieron desde hallazgos realizados en 2010.
Neandertales y homínidos se separaron entre hace 400.000 y 500.000 años. Los primeros se distribuyeron en Europa y los segundos viajaron hasta Europa del este y Asia.
Pero esto no impidió que no se volvieran a encontrar. Los científicos aseguran que si bien las especies no buscaban mezclarse, algunos individuos aislados de los grupos lo hacían al no tener más opciones de reproducción. Al encontrar un caso como el de Denny, confirmaron que esto sucedía muy a menudo.
Actualmente todos los seres humanos no africanos poseemos hasta un 2% de información genética de neandertal en su ADN. Por otro lado, asiáticos y amerindios comparten un 1% de ADN con los denisovianos. Esta cifra aumenta hasta un 5% para los habitantes de Papúa Nueva Guinea.