El día de hoy, jueves 19 de Julio, a las 8:31 A.M., se registró un sismo de magnitud 5.9 en la escala Richter en el Sur de México, el cual se pudo sentir en diversas ciudades alrededor del país, incluyendo la Ciudad de México. Este, acompañado de los temblores menores que se han registrado durante la semana, ha mantenido a la población en un estado de alerta que ya es algo común para los habitantes de esta ciudad.
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Con la ciudad aún recuperándose del sismo de Septiembre del 2017, muchos se preguntan qué tan común puede ser que el epicentro de un sismo pueda ubicarse en la Ciudad de México. La respuesta no parece inspirar mucha tranquilidad.
Más común de lo que imaginan
De acuerdo a miembros del Sismológico Nacional (SSN), los sismos con epicentro en la CDMX son increíblemente comunes. “Tenemos registro de sismos que se generaron en la Cuenca del Valle de México desde que se empezaron a registrar instrumentalmente, en particular en la Ciudad de México tenemos bastante sismicidad (sic)” mencionó Victor Hugo Espíndola Castro, responsable de análisis del SSN.
En el Valle de México, región en donde se encuentra la ciudad, los sismos que ocurren se tratan de movimientos intraplaca. Estos suelen ocurrir en la corteza superior de la tierra, por lo que generalmente no son de gran intensidad. El tamaño del sismo depende de la falla por la cual se origina. Como las fallas localizadas en el Valle no son de gran magnitud, no logran generar temblores mayores a los 3.4 grados en la escala.
De acuerdo al análisis del SSN, en la CDMX ocurren aproximadamente seis sismos de magnitud considerable al año, pero esta cantidad puede aumentar dependiendo de la actividad sísmica en los alrededores. En relación a esto, los expertos opinan que los sismos de septiembre 2017 tal vez hayan “detonado” la actividad sísmica en la región, pero que tarde o temprano esta iba a iniciar, incluso sin los sismos de 8.2 y 7.1 que ocurrieron.
Una región perfecta para un sismo
Luis Quintanar Robles, un investigador del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM, afirmó que “en la parte oriente del Valle, además de las fallas, se suma el fenómeno de subsidencia, el hundimiento del terreno que proviene de las extracciones de agua. Esto crea oquedades que al colapsarse también pueden producir sismos (sic)”.
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La verdad es que la Ciudad de México es extremadamente vulnerable al movimiento telúrico, con diversos sismos de una gran variedad de magnitudes registrados a lo largo de 200 años, el terreno sobre el cual está construida la ciudad es bastante inestable, con muchas partes siendo considerado como “terreno fangoso”.
Lo más que se puede hacer si queremos continuar viviendo en la Ciudad de México, es estar siempre preparados. Infórmate acerca de medidas de seguridad, conoce bien los lugares en donde te encuentras en cada momento, y trata de tomar las mejores decisiones en el caso de un sismo.
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