Urano es el séptimo planeta en cercanía al sol de nuestro sistema solar. Sabemos alguna cosas sobre él: se le asignó ese nombre en honor al dios griego del cielo. Tiene cuatro veces el tamaño de la Tierra y 14 veces su masa. Es un gigante helado cuya atmósfera es compuesta en su mayoría de hidrógeno, helio y algo de metano, probablemente con un mal olor. Tiene dos juegos de 11 anillos en total y una cantidad nada despreciable de 27 lunas.
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Sin embargo, hoy hablaremos de otra de sus características más destacadas. A diferencia de los demás planetas, el ecuador de Urano se encuentra en ángulo recto con respecto a su órbita. Dicho de otra manera algo más simplista, los polos del planeta no se encuentran apuntando «arriba y abajo». Con una inclinación de 97,7 grados, en verano uno de los polos de Urano apunta directamente hacia el sol.
Para que nos hagamos una idea, el grado máximo de inclinación de la Tierra con respecto al sol es de 23,4 grados. Esta inclinación se va alternando entre los polos, generando los intervalos climáticos que conocemos como las cuatro estaciones. Mientras que nuestro planeta tarda seis meses para inclinarse al otro lado, Urano tarda 21 años. Sin embargo, al menos en la Tierra algo de luz llega en época de invierno, salvo directamente en el polo. En el otro caso, la mitad de ese planeta permanece en completa oscuridad los años que demora la estación.
Es un caso muy curioso el de este planeta, pero difícilmente llegó a haber sido así desde su creación. ¿Cómo llegó a ese punto?
Un choque desestabilizante
Un estudio publicado en The Astrophysical Journal habla sobre una posible razón. Al parecer un objeto de dos veces el tamaño de la Tierra habría impactado en Urano, cambiando radicalmente su inclinación.
Para llegar a esta respuesta, los investigadores hicieron varias simulaciones por computadora. Utilizaron cuerpos de distintos tamaños que se aproximaran al planeta para ver los resultados. Así lo confirmó el físico Jacob Kerregeis, de Durham University y uno de los autores del documento:
«Ejecutamos más de 50 escenarios de impacto diferentes usando una supercomputadora de alta potencia para ver si podíamos recrear las condiciones que dieron forma a la evolución del planeta. Nuestros hallazgos confirman que el resultado más probable fue que el joven Urano estuvo involucrado en una colisión catastrófica con un objeto que duplicaba la masa de la Tierra».
Al parecer el evento habría ocurrido hace 4 mil millones de años. Además, el impacto habría contribuido a la generación de los anillos ecuatoriales del planeta. Puede que también haya influido en que todas las lunas orbiten hacia la misma dirección. De hecho, adicionalmente explicaría la razón de un campo magnético tan descentrado.
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Se sabe también que un objeto muy grande habría expulsado la atmósfera de Urano hacia el espacio. El impacto solo habría enviado una pequeña parte hacia sus anillos o lunas, y el resto se habría perdido en el espacio. Sin embargo, la mayoría del material quedó atrapado en el planeta.
Estas fueron algunas de las simulaciones: