Hace algunos años se generó una polémica de escala internacional por el hallazgo de un extraño esqueleto en una localidad del norte de Chile. Desde entonces, se han manejado hipótesis sobre lo que es realmente, y ahora se suma otra.
Desde luego, lo primero en descartarse fue que se trataba de un extraterrestre. Con el tiempo, un grupo de científicos de la Universidad de Stanford y la de California en San Francisco mencionó que el esqueleto (llamado Ata) era en realidad una niña con malformaciones.
En la oportunidad dijeron que era una niña que llevaba mutaciones en al menos 7 genes conocidos. Tal como lo mencionamos en la ocasión, según el estudio, la enfermedad exacta era Hernia Diafragmática Congénita. La investigación y el trato del esqueleto, generó revuelo en Colegio de Arqueólogos de Chile, quienes declararon poca ética en la manipulación, mencionando: “Se trata de restos humanos que fueron excavados, comercializados y exhibidos ilegalmente”.
Ahora, otro equipo internacional liderado por la Universidad de Otago en Nueva Zelanda, publicó un estudio titulado “Una evaluación crítica de las anomalías esqueléticas y de desarrollo en el bebé prematuro de Atacama y cuestiones de ética de la investigación forense y bioarqueológica”, donde cuestionan la última investigación.
Según Sian Halcrow, quien dio declaraciones en ABC, “No hay ninguna anomalía. ‘Ata’ tenía un desarrollo esquelético normal en un feto tan temprano”. Los científicos de Stanford habrían usado una lógica defectuosa y cometido errores importantes en la evaluación de la morfología del esqueleto».
De hecho, mencionan que las variantes genéticas descubiertas por el primer equipo en la niña, “no tienen ningún efecto funcional conocido sobre el esqueleto humano en esa etapa del desarrollo del feto, mientras que otras variantes encontradas son novedosas y sus implicaciones desconocidas”.
Esto es lo que mencionan en el paper:
Sobre la forma del cráneo, la científica mencionó lo siguiente al medio:
Los científicos también se plegaron a lo que en algún momento mencionó el Colegio de Arqueólogos de Chile, consignando que el trato fue bastante poco ético. Bernardo Arraiza, bioarqueólogo de la Universidad de Tarapacá y coautor del estudio, reafirmó esto mencionando que “se partió de la base de que era un extraterrestre y además fue exhumada de manera irregular y vendida».