El uso del denominado ‘internet de la salud’, junto a la serie de tecnologías de la información en esta área, sorprenden día a día. Google ha desarrollado una IA capaz de predecir cuánto tiempo queda para la muerte de una persona enferma.
“La promesa de la medicina digital se sostienen en la esperanza de que, al digitalizar los datos de salud, podríamos aprovechar más fácilmente los sistemas para comprender y mejorar la atención al paciente”. Así comienza una investigación que publicó Google hace unas semanas en Nature.
La compañía está experimentando con varios pacientes en EE.UU. para robustecer una inteligencia artificial. ¿Qué es lo que hace? Nada menos que entender el estado actual de una persona y hacer pronósticos sobre su mejoría, cuánto tiempo podría permanecer en un hospital, sus probabilidades de volver, e incluso su muerte.
Se trata de una potente red neuronal, que tiene un funcionamiento orientado a los datos de salud. Como se trata de una IA lo que hace es analizar esas bases de datos y entregar pronósticos. Incluso ya han entregado estadísticas dos veces más certeras que los sistemas tradicionales, como en el caso de una mujer con cáncer de mama que murió poco después de que la IA de Google lo viera.
Según agregan en el paper, la red neuronal cruza información de forma mucho más rápido que las técnicas existentes y podría ayudar a ganar tiempo valioso a los doctores:
Pero, ¿existe algún riesgo asociado a todo esto? No todo pinta color rosa para Google, puesto que su injerencia en salud no ha pasado inadvertida. Google es una de las compañías que tiene más datos sobre las personas, y algunos especialistas han manifestado preocupación sobre el poder que le confiere esto a la empresa.
Para Andrew Burt, director de privacidad de la compañía de datos Immuta, quien entregó declaraciones a Bloomberg, la propuesta de Google en la salud sumaría aún más datos la gran cantidad de información que ya tienen, cuestión que le resulta preocupante: «Las empresas como Google y otros gigantes tecnológicos tendrán una capacidad única, casi monopólica, de capitalizar todos los datos que generemos», dijo al medio.
