El robo al Banco de Chile, propiedad en su mayoría del Grupo Luksic, fue un ciberataque sin precedentes. Los USD$ 10 millones que sustrajeron aún están siendo buscados, aunque sin resultados positivos para la entidad bancaria. Ahora, están extremando medidas.
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Si bien el robo no fue a los clientes, y afectó directamente a los fondos de banco, el gobierno decidió tomar cartas en el asunto. Hace algunas horas se supo que el titular del Ministerio de Hacienda, Felipe Larraín, solicitó asistencia técnica en ciberseguridad al Fondo Monetario Internacional (FMI).
El ministro envió una carta esta semana al FMI solicitando la asistencia, que tiene por finalidad, “determinar eventuales brechas en el marco legal, regulatorio, de supervisión y en las prácticas llevadas a cabo por las instituciones del sistema financiero».
La noticia se supo en el Consejo de Estabilidad Financiera, donde Larraín expuso al Presidente de la Comisión para el Mercado Financiero, al Superintendente de Bancos e Instituciones Financieras, al Superintendente de Pensiones y al Presidente del Banco Central de Chile. La decisión busca obtener protocolos más sólidos ante ataques de este tipo.
Mientras tanto, las hipótesis apuntan a que el dinero se fue a cuentas en Hong Kong. Puedes revisar la nota aquí.