Curiosidades

Fósil de especie desconocida de dinosaurio es subastado y vendido en más de dos millones de dólares

Los paleontólogos manifestaron su preocupación después de la subasta de un fósil de dinosaurio, pues lo consideran "un elemento perdido para la ciencia".

El pasado 4 de junio fue subastado en la Torre Eiffel de París un fósil de dinosaurio encontrado en EE.UU. El esqueleto fue encontrado en el estado de Wyoming y expertos dicen que se parece a un allosaurio. Sin embargo, la casa de subastas que lleva a cabo la operación, Aguttes, señala que mantiene algunas diferencias en los dientes, el cráneo y la pelvis suficientes como para considerarla una nueva especie.

El fósil se calculaba inicialmente que podría tener un precio de entre 1,4 y 2,1 millones de dólares. Terminó siendo vendido a un precio 2,3 millones de dólares a un comprador privado.

Por ahora se sabe que el dinosaurio era un carnívoro que vivió en el planeta hace 154 millones de años. Su esqueleto ostenta una longitud de unos 9 metros y está increíblemente muy bien conservado. Se cree que su estado se debe a que murió al caer en un río, ya que se ve que sus huesos no fueron comprimidos durante este tiempo.

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El reclamo de la comunidad científica

La subasta ha sido polémica por el desacuerdo de los paleontólogos de permitir que se comercialice con elementos tan importantes para la ciencia como los fósiles. La Sociedad de Paleontología de Vertebrados (SVP) envió una carta a la casa de subastas Aguttes. En ella manifiestan su preocupación por las implicaciones de una posible masificación de las ventas de fósiles.

La SVP reclama que los fósiles de dinosaurios son «Patrimonio natural colectivo», de dominio público. Agregaron que privatizar estos restos afecta de manera negativa a la ciencia. Esto se debe a que dificulta en gran medida la investigación que los paleontólogos pueden hacer sobre el espécimen:

Por otro lado, señalaron que la ley estadounidense permite al dueño privado nombrar libremente al ejemplar. Esto les alarma porque eso va claramente en contra del Código Internacional de Nomenclatura. Este básicamente les da prioridad al primer nombre usado sobre la nueva especie, y no el escogido por el comprador.

La compra representaría un peligro tanto para científicos como para museos a nivel mundial. La comunidad explica que la ciencia trabaja «con bajos presupuestos», ya que no puede permitirse pagar esos precios exorbitantes. Veremos en un futuro si su preocupación por la masificación de estas transacciones se hace tendencia a nivel global.

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