Los intentos para comunicarse con aliens no son nuevos, aunque su evidente poca efectividad sigue abriendo preguntas. En el pasado, se han enviado mensajes codificados con principios matemáticos o incluso música. Ahora, lingüistas y científicos se han reunido para abordar qué tan efectivo sería un lenguaje.
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Astrónomos y lingüistas han discutido estas variables en la Conferencia internacional para el Desarrollo del Espacio que se celebró recientemente en Los Ángeles. Las preguntas principales fueron cómo sería una lengua alienígena y cómo podríamos comunicarnos con ellos.
Algunos de los principales lingüistas argumentaron que los lenguajes humanos están conectados por una » gramática universal » compartida, y que son optimistas sobre la conexión que podría extenderse a idiomas extraterrestres. De hecho, el mismo Noam Chomsky, ha dicho que posiblemente si un alienígena visitara la Tierra, pensaría que todos hablamos dialectos del mismo idioma, porque todos los idiomas terrestres comparten una estructura subyacente común.
No obstante, la pregunta sigue siendo la misma. ¿Podrían haber puntos en común con un lenguaje extraterrestre?
Las lingüistas Bridget Samuels y Jeffrey Punske dijeron a CNET lo siguiente:
Todo el universo está sujeto a las mismas leyes. Por ejemplo, no hay muchas formas en que se pueda transmitir una señal, particularmente a grandes distancias. Además, podemos esperar que los lenguajes extraterrestres tengan un vocabulario consistente en construir bloques de significados, que se puedan combinar para crear significados más complejos.
De hecho, el METI (Messaging Extraterrestrial Intelligence) está tratando de averiguar qué tipo de mensaje podría ser más comprensible para los extraterrestres. Si a esto se suma que la gramática de los lenguajes humanos podría hipotéticameente subyacer a los dialectos alienígenas, se abren ideas interesantes.
En todo caso, la noción de la gramática universal no es aceptada por todos. El profesor de la Universidad Tecnológica Lawrence, Gonzalo Munevar, dijo que el panorama es más bien pesimista, puesto que las especies pueden evolucionar de formas distintas. En la misma Tierra, por ejemplo, hay polillas que pueden detectar la luz ultravioleta o serpientes que pueden ver el calor.
Una criatura inteligente, cuya modalidad sensorial principal es eléctrica en lugar de visual, tendría patrones de pensamiento completamente extraños para nosotros.