En 2015, el estudio canadiense Thunder Lotus Games lanzó la primera versión de un videojuego llamado Jotun, por entonces solo en PC. Luego, en 2016 llegaría el turno de Wii U, PS4 y Xbox One en una versión (un poco) aumentada llamada Valhalla Edition, que agregaba un par de cosas extra.
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Llegado el 2018, le toca el turno a la Nintendo Switch que en el último tiempo se ha nutrido de varios juegos salidos hace años en otras plataformas. Y gracias a su formato portátil, este Jotun le viene como anillo al dedo a la consola.
¿Qué clase de juego es Jotun?
El nombre, para más entendidos, lo dirá casi todo: Jotun es una historia basada en la mitología nórdica. La protagonista, Thora, es una guerrera vikinga que sufrió una muerte poco gloriosa; entonces, para poder entrar al Valhalla, los dioses le dan una segunda oportunidad para impresionarlos: derrotar a los cinco bestias que le dan en el nombre el juego para ganar su lugar en el cielo nórdico.
Jotun es un juego sencillo y la descripción más simple (y ajustada además) sería «un Shadow of the Colossus light«. Thora debe recorrer los cinco escenarios correspondientes a cada Jotun para encontrar, principalmente, las runas que abren las puertas a la batalla con el jefe.
Mientras no se está peleando con los Jotun, el juego se trata simplemente de explorar los escenarios hasta dar con la salida y con ciertos objetos repartidos por ahí que sirven para preparar las batallas: unas manzanas que agrandan la barra de salud de Thora o unos santuarios que entregan habilidades especiales. Todo, muy útil a la hora de los enemigos de verdad.
Porque a lo largo de cada escenario apenas hay cosas que combatir. El contraste entre las dos mecánicas de Jotun es muy notorio, ya que la mayoría de los niveles se pueden pasar simplemente caminando y eventualmente, enfrentando a ciertas amenazas que son antes que nada un aviso de lo que se viene al llegar el jefe del nivel.
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Que en los niveles haya solo que explorar no significan que el juego es aburrido ni nada por el estilo. Los niveles están bien construidos en cuanto a lugares para explorar y además el mapa funciona de una forma especial ya que al abrirlo no se indica exactamente donde está Thora, sino que hay que tratar de descifrar la sencilla nomenclatura para ubicarse dentro del nivel.
Este ejercicio es muy comparable a recorrer cualquier lugar desconocido de la vida real con un mapa en la mano, parando cada cierto tiempo para triangular la ubicación. Cada nivel además tiene estructuras diferentes; algunos son un puñado de islas, otros tienen diferentes niveles de altura que están marcados en el mapa pero que no son tan evidente a simple vista.
De forma inevitable, después de encontrar las dos runas llega el jefe de nivel, un monstruo gigante con una barra de vida ídem. Thora tiene un arsenal limitado de ataques y movimientos, por lo que lo importante no es en realidad ser tan hábil sino más bien memorizar los patrones de ataque de los enemigos, esquivarlos y luego aprovechar la ventana para atacar con los dos tipos de golpe (débil/rápido y fuerte/lento) o las habilidades conseguidas.
Y luego, replegarse, estar atento al ataque que se viene y volver a atacar.
Jotun tiene un diseño artístico bien sencillo y muy cumplidor en general. Las animaciones se ven muy bien y son el paso previo a lo que fue Sundered, el segundo proyecto del estudio (mucho más complejo en general). Su ambientación es bastante interesante en el sentido de cómo interpretaron la mitología nórdica, en un contraste muy marcado frente a otro juego basado en esa mitología que se estrenó hace poco.
Y además está narrado completamente en lenguaje nórdico -o eso imagino-, lo que suma puntos a su presentación.
Conclusión: Una aventura sencilla, pero completa
Jotun es un juego simple que tiene pocas cosas, pero aquellas en general están bien completas. Ningún elemento se complica más de lo necesario, desde el diseño de sus mundos hasta la forma en que se combate con los jefes. Y a la Nintendo Switch, este tipo de juegos que parecen hechos para sesiones cortas le vienen como anillo al dedo.
Durante las no más de seis horas que dura Jotun, mi experiencia fue más que agradable. Hay algo en este tipo de juegos que, al menos a mi, me sirven casi como un descanso, un quiebre de otras experiencias más tradicionales, frenéticas y llenas de acción que copan la mayoría de listas de lanzamientos en todas las consolas. Jotun, en cambio, cuesta 15 dólares y ofrece una experiencia interesante tanto en jugabilidad como en narrativa y eso siempre, siempre es de agradecer.