En una conferencia de prensa, José Sarukhán Kermez, coordinador de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), señaló que el proyecto con el cual han intentado proteger a la vaquita marina en el golfo de California se ha encontrado con diversos problemas, provenientes de la falta de apoyo de los grupos involucrados en la región.
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Entre crimen organizado que se involucra en la pesca ilegal del pez totoaba (del cual se trafica el altamente valorado buche, o vejiga natatoria, valorado en hasta 16 mil dólares por kilo), y los pescadores locales de la región, que se niegan a cambiar de equipo de pesca por el costo, la Conabio no ha logrado hacer mucho para poder mantener el ecosistema de la vaquita marina.
El fin de la vaquita marina
Otro aspecto que los detiene, es que durante años se ignoró el problema de esta especie. Aunque la actual administración gubernamental del país se ha mostrado activo en sus esfuerzos por preservar a la vaquita marina, gobiernos anteriores no le tomaron la importancia necesaria para salvarles, y esto llevó a la falta de investigación acerca de su especie.
Simplemente, la Conabio no posee la información necesaria acerca de la especie en peligro para poder rescatarlos, pues aún no se comprende por completo la biología de la vaquita. Siguiendo el propósito del proyecto de rescate, los investigadores trataron de reubicar a las vaquitas existentes. Pero al capturar a dos de ellas, una murió durante el traslado, y la otra se regresó al mar, pues los expertos indicaron que no debería estar separada de su madre.
Con tan solo 30 ejemplares vivos, es solo cuestión de tiempo para que la inacción de las personas dentro de la región acaben por completo con una especie que, francamente, necesita de la intervención humana para sobrevivir. Es triste encontrarse con una situación en la que ya se conoce el resultado final. A menos que se encuentre una solución al problema del traslado en los próximos meses, el destino de la vaquita marina ya está sellado.