Un astrofísico alemán acaba de dar una explicación muy factible y lógica de por qué podríamos no haber tenido contacto aún con extraterrestres. Su hipótesis gira entorno a un análisis de las posibilidades que tendrían los aliens de salir de sus planetas. Sin embargo, habla de planetas habitables pero con una gran diferencia de la Tierra: un tamaño 10 veces mayor. O como lo llamó el científico: «Super-Tierra«.
El investigador independiente Michael Hippke situó un escenario imaginario en donde otras formas de vida habitan en un planeta significativamente más grande que el nuestro. Para él no existe ninguna contradicción en el tamaño y la presencia de vida con tal de tener condiciones habitables. No obstante, una cosa es poder vivir en un planeta y otra tener capacidad para salir de él. De esta forma se preguntó: ¿Cómo harían los «Super-Terrícolas» para poder propulsarse fuera de su planeta?
Los problemas de despegar de un planeta tan grande
Un planeta 10 veces más grande que la Tierra implicaría una mayor fuerza gravitacional. Esto generaría una atmósfera más gruesa y por lo tanto más problemas para un eventual despegue. La razón es que se necesitaría una mayor propulsión para que una nave lograra llegar al espacio. En un ejemplo hecho con el planeta Kepler-20b que está a 950 años luz de nosotros, la velocidad necesaria para salir de su influencia gravitacional (velocidad de escape) es 2,4 la necesaria de la Tierra.
A partir de estas alturas el problema para los aliens se conviertirían en un círculo vicioso. Para lograr que un cohete se propulse a esa velocidad se necesitarían cantidades masivas de combustible. Cargar con más combustible significa cargar más peso y para propulsar más peso se necesita más combustible…
Hippke calculó que para lanzar una sonda al espacio desde una «Super-Tierra», el cohete que lo lleve debería tener una masa de 440.000 toneladas. Esto equivaldría a la Gran Pirámide de Giza en Egipto. El actual Falcon Heavy tiene 1.400 toneladas.
Si descartamos el sistema que solemos usar con los cohetes propulsados con hidrógeno y oxígeno, queda la opción de la energía nuclear. La masiva cantidad de propulsión que generaría sería más que suficiente. No obstante, los riesgos en caso de que algo llegue a salir mal son altísimos.
Como anotación, otros estudios han señalado que es más probable que haya vida en estas «Super-Tierras» que en los planetas del tamaño de nuestro hogar. Una atmósfera más gruesa podría proteger a las formas de vida con más efectividad de rayos provenientes del espacio.