Rusia acaba de iniciar un ambicioso proyecto que podría definir el futuro energético del mundo. Construyó un barco cuyo interior contiene dos reactores de energía nuclear que acaba de zarpar por el mar Báltico. Su destino: instalarse en el puerto del pequeño pueblo de Pevek, ubicado en el extremo nororiental de Rusia, casi al otro lado del mundo.
La nave/planta de energía nuclear fue bautizada como Academik Lomonosov y su construcción comenzó en el año 2009. Podrá producir 70 MW (Megavatios) de energía, lo suficiente como para abastecer completamente a una ciudad de 100.000 habitantes.
Cualquiera se preguntaría por qué un pueblo como Pevek de 4.500 habitantes necesitaría tanta energía. La respuesta es que el gobierno ruso busca tener suficiente soporte energético para sus plataformas de gas y petróleo en el Ártico.
¿Cómo operará la nave?
El plan con el Academik Lomonosov está dividido en dos partes. En la primera estaba contemplado que el barco zarpara sin material nuclear desde el puerto de San Petersburgo. Su travesía iniciaría por el mar Báltico, pasando frente a Estonia, Suecia y Dinamarca. Posteriormente pasará por el mar de Noruega hasta llegar al pueblo ruso de Murmansk, ubicado cerca a Finlandia. Hasta esta ubicación ya habría viajado alrededor de 4.300 kilómetros.
En ese punto se cargarán los reactores del barco con combustible nuclear y se realizarán pruebas de energía. La carga desde Murmansk está planeada para otoño de este año. Una vez pasados todos los controles de seguridad, continuará su camino por el Océano Ártico.
El siguiente tramo comprende atravesar todo el país de occidente a oriente en una distancia de casi 5.000 kilómetros. El destino del barco es el pueblo de Pevek, en el óblast de Chukotka.
Cuando el barco llegue, estará anclado al puerto y conectado a la estructura eléctrica de la región. Según la Corporación Estatal de Energía Nuclear (Rosatom), la planta flotante va a reemplazar la planta nuclear de Bilibino, que ya estaría tecnológicamente atrasada a la época.
Además, se confirmó que este barco sería el primero de una lista de plantas nucleares flotantes que Rusia fabricaría en los próximos años.
Los reclamos de Greenpeace
La ONG de protección ambiental, Greenpeace, no tardó en expresar su inconformidad con este proyecto. De hecho, gracias a ellos se canceló el plan para probar el desempeño de la planta nuclear en San Petersburgo. «Probar un reactor nuclear en un área densamente poblada como el centro de San Petersburgo es irresponsable».
No obstante, continuaron con su preocupación de todas formas sobre el hecho de llevar material nuclear por el Ártico:
Por otro lado, aseguran que otros 15 países entre los que se encuentran Argentina, China, Argelia, Indonesia y Malasia han mostrado interés en el proyecto.