Unas elecciones de alcalde un poco extrañas se dieron hace unos días en el distrito de Tama, en Tokio. El favorito de siempre, Hiroyuki Abe, ganó como de costumbre con más de 34mil votos a su favor. Sus contrincantes no pudieron hacer mucho para plantarle frente, pues ni Toshihiko Takahashi ni Michihito Matsuda pudieron cruzar la barrera de los 4.500 votos. Lo curioso aquí es que esta última participante consiguió esos votos sin ser siquiera un ser humano.
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Efectivamente: En Japón una inteligencia artificial se lanzó como candidato (¿o candidata?) a la alcaldía. Durante varios días se vieron carteles pegados en las calles de Tama con un rostro femenino robótico sobre ellos. Michihito Matsuda, como se le conoce a esta inteligencia artificial, hacía campaña a la par de dos humanos.
Su slogan es incluso muy parecido a lo que diría un político real:
La inteligencia artificial puede cambiar a la ciudad de Tama».
Estas son algunas de las promesas que se veían en sus carteles:
- Hacer políticas justas sin falsedades.
- Implementar políticas para el futuro con rapidez.
- Acumular información para poder liderar hacia la siguiente generación.
¿Quién está detrás de todo esto?
La respuesta es muy interesante. Al parecer dos reconocidas personalidades japonesas habrían sido los responsables de esta idea. El primero es Tetsuzo Matsumoto, quien es vicepresidente de Softbank, una empresa prestadora de telecomunicaciones, marketing y comercio electrónico. El otro es Norio Murakami, el que era el manager de Google en Japón hace unos años.
Estas personas lo reconocen abiertamente, pues se puede ver sus fotografías libremente en la página oficial de la IA. Al parecer su intención con Matsuda era que el sistema analizara los puntos positivos y negativos que tiene el distrito. De esta forma se basaría en los datos para determinar el proceso más eficiente para resolver un problema o mejorar una situación. Otra función también incluiría saber clasificar las peticiones de los ciudadanos que llegan a la alcaldía.
Como vimos en los resultados y en la poca información que contiene su página oficial, lucía más bien como un experimento. A estos dos personajes influyentes de la tecnología nipona parecía no interesarles tanto perder unas elecciones, sino más bien tener un precedente. Quién sabe, a lo mejor en un futuro hayan gobernantes artificiales, pero no hoy.