No mucha gente ha logrado ver a un dron volar a la misma altura que un avión comercial. Sin embargo, esto no es por el simple hecho de que no exista ninguno que sea capaz de lograrlo. En este momento, muchísimos son los países que tienen una regulación bastante estricta sobre el uso de los drones. Argumentos como su peligro al chocar con aviones, la privacidad, el cuidado del medio ambiente o incluso el hecho de que te pueda caer uno sobre la cabeza son frecuentemente citados. La mayoría de las restricciones acuerdan que un dron no puede volar a una altura mayor a 100 metros.
¿Qué podría pasar en un lugar con muy poca población y donde no hay restricciones tan fuertes? Esto lo comprobó el ruso Denis Koryakin, quien fabricó su propio dron casero. Cuando uno entra a su canal de Youtube, se da cuenta que es un fanático de los drones. Tiene cientos de videos de su autoría piloteando uno. Esta vez no fue la excepción al publicar un video en el que trata de llevar uno de estos vehículos no tripulados a una altura impresionante.
Los datos del vuelo
El dron de Koryakin pesa tan solo 1,06 kilogramos. Aun así, logró alcanzar la increíble altitud de 33.000 pies, 10.600 metros o 10 kilómetros. Para poner esa altura en contexto, un vuelo comercial normalmente se ubica entre los 30.000 y los 40.000 pies.
En el video se pueden apreciar los 26 minutos de vuelo que tardó el dron en subir a su máximo punto y luego descender de forma segura al suelo. Así mismo, es notorio que después de alcanzar la altura de las nubes, la nave empieza a tener interferencias en la comunicación con la persona que tiene el control. Según el autor, el vehículo tuvo que soportar temperaturas de hasta -50 °C a esa increíble altura.
El vuelo fue realizado en un pueblo de apenas 40mil habitantes llamado Strezhevoy, en el Óblast Tomsk, en Siberia. Con las leyes todavía flexibles de ese país con respecto a los UAV, y en una zona tan apartada, seguramente no fue una mala idea realizar el experimento.