Han pasado más de dos años desde que el FBI demandó a Apple para que les permitiese acceder a sus dispositivos. A pesar de que la demanda no prosperó y la entidad aparentemente encontró su propia forma de vulnerar los dispositivos, el hecho quedó en la historia como un atentado a la privacidad.
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Todo parte con la demanda que hace el FBI durante el 2016 a Apple. La entidad planteaba que quería desbloquear los iPhones como parte de una investigación criminal, en el marco del ataque de San Bernardino a finales de 2015. Como Apple se negó a la medida, se entabló una demanda para obligar a la compañía.
El entonces director James Comey explicó el 9 de febrero de ese año que la Oficina no tenía la capacidad de desbloquear el teléfono de Syed Farook (principal implicado), y como Apple se negaba a ayudar voluntariamente, se entablaría una demanda para obligarlo a «colaborar». Pero luego, un mes después, ocurrió un suceso inesperado: un tercero había presentado un método de trabajo para desbloquear el teléfono y la demanda no sería necesaria después de todo.
Tal como lo mencionamos en la oportunidad, el FBI tuvo que gastar USD $900.000 para desbloquear el equipo implicado, aunque todo lo relacionado con el desbloqueo está lleno de misterio. “El gobierno ha logrado acceder a los datos almacenados en el iPhone de Farook, y por lo tanto ya no se requiere la asistencia de Apple Inc”, mencionaron en la oportunidad, aunque el conflicto sigue teniendo eco hasta hoy.
Según un informe de la Oficina de Inspección General (OID) de Estados Unidos, aunque Comey declaró ese 9 de febrero que el FBI no tenía la capacidad de desbloquear el teléfono y buscaría un remedio legal, se determinó que la unidad no había agotado todas las vías disponibles, incluidas algunas bastante obvias.
Por ejemplo, no buscaron adecuadamente proveedores de confianza que prestasen un servicio para explotar los dispositivos. Sin ir más lejos, un proveedor tenía una solución en un 90% hecha, pero no la consideraron antes de demandar a Apple. Otro punto es que la entidad ni siquiera buscó entre sus propias filas alguna herramienta clasificada que ayudase en la investigación.
El aparataje mediático durante aquel entonces, apuntó todos los dardos sobre el FBI y los defensores de la privacidad consideraron la demanda como un intento de vulnerar la privacidad transversalmente. El documento también cuestiona si el hecho realmente ameritaba una demanda de ese tipo, considerando la posición en que quedó el FBI tras ello.
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El informe concluye diciendo: “Creemos que los esfuerzos para mejorar la comunicación y la coordinación valen la pena, y deberían ayudar a evitar algunas de las desconexiones que ocurrieron en esta investigación, muy importante y de alto perfil». Mientras tanto, también se supo que otra firma de seguridad ya habría vulnerado el IPhone X.