Si algo hemos aprendido con todas las noticias compartidas sobre el tema, es que una supernova, resulta ser un fenómeno tan fascinante como complejo. Comprenderlo y captarlo es uno de los mayores retos para cualquier profesional de ese sector. Pero a veces el azar también se pone del lado de los humanos.
Esa es la historia de Víctor Buso, un cerrajero argentino de 53 años de edad y su familia. Amante de las estrellas, Buso se decidió a montar uno de los tres observatorios públicos de la ciudad de Rosario.
Con ayuda del padre Rogelio Pizzi, según reporta La Capital, se convirtió en cofundador del observatorio del Cristo Rey, montado sobre su propia casa, y se volvió además presidente de la Asociación Santafesina de Astronomía.
En aquel lugar, el pasado 20 de septiembre de 2016, Buso adquirió una nueva cámara para para integrarla al telescopio del observatorio. Como parte rutinaria para probar el desempeño del nuevo accesorio el cerrajero realizó una serie de capturas enfocado a la galaxia NGC 613.
El milagro sucedió cuando vio lo que fotografió. Al distinguir un extraño punto de luz que alteraba sus dimensiones en cada imagen. Buso compartió los retratos con el Instituto de Astrofísica de La Plata y la conclusión fue unánime. El cerrajero había capturado el momento del nacimiento de una supernova:
La NGC 613, se encuentra a más de ochenta millones de años luz de la Tierra, dentro de la constelación de Sculptor; y fue captada con un telescopio de 16 pulgadas.
En otras palabras era virtualmente imposible que el cerrajero logrará ese retrato, pero sucedió. Así que su hallazgo ha sido publicado en la más reciente edición Nature.
Estas historias dan orgullo.
