Han pasado cinco meses desde que se iniciaron las investigaciones en torno a la misteriosa desaparición de la periodista de Wired, Kim Wall, tras realizar un viaje dentro del submarino casero UC3 Nautilus, construido por el ingeniero autodidacta Peter Madsen, gracias a un proyecto de crowdfunding.
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Conforme avanzó el trabajo en el caso se concluyó que Wall habría sido asesinada y desmembrada; presumiblemente por el propio Madsen. Al principio todo se atribuía a un accidente dentro del submarino casero que ponía en riesgo el proyecto. Pero parece que el crimen fue mucho más premeditado.
De acuerdo con un reportaje del New York Times la Policía de Copenhague y la Fiscalía danesa ha imputado a Madsen formalmente los cargos de homicidio, trato indecente del cadáver y violación.
La información presentada por la Fiscalía ante los tribunales asegura que el asesinato de Wall habría sido planificado de manera meticulosa por el ingeniero.
Ya que Madsen compró cuerdas, una sierra, un cuchillo, un destornillador y un tubo metálico, previo al viaje privado de prensa dentro del submarino casero con la periodista, el pasado 10 de agosto de 2017.
En razón de los hallazgos forenses, las autoridades señalan que Madsen inmovilizó a Wall, atando su cabeza, pies y manos para torturarla con los objetos adquiridos previamente, abusar de ella y asesinarla.
La Fiscalía ha sido demasiado explícita sobre el grado de acciones cometidas por el dueño del submarino casero contra la fallecida. Justo por tales felonías Madsen enfrenta una posible condena de Cadena Perpetua.
El ingeniero comparecerá ante el tribunal el próximo 8 de marzo. La sentencia final será dictaminada en abril.
