Cuando en 2013 se lanzó Dogecoin, nadie lo tomaba en serio. Y con razón, porque el proyecto encerraba una cómica broma que tenía por logo el popular meme Doge, que muestra a un perro Shiba Inu. Sin embargo, la popularidad comenzó a crecer cual meme viral, y recientemente su precio total superó los USD $ 2 mil millones.
Dogecoin fue creado por el ex trabajador de IBM, Billy Markus y Jackson Palmer, quien cumplía funciones de marketing de Adobe Systems, Australia. Con la idea de crear una criptodivisa lejos de las polémicas del Bitcoin (por ese tiempo fuertemente asociada a Silk Road), casi a modo de parodia y con un toque de humor viral, tomaron el código de Litecoin, registraron el dominio y desde entonces, todo fue ascendiendo.
Cuando lanzaron la idea que se comenzó a expandir por foros de internet y redes sociales, Billy Markus decía: “el precio ni siquiera es importante”. La imagen que por entonces se creo fue la de una humorada que cesaría al cabo de unos años. De hecho, en 2014 el precio de Dogecoin alcanzó los USD $ 90 millones y comenzó a bajar abruptamente.
Todos pensaban que el asunto quedaría en el camino. Incluso los mismos creadores mencionaron que ya no se estaban recibiendo nuevas funciones porque no había desarrollo activo. Pero el auge de las criptomonedas durante el año pasado, sacó del cajón al olvidado Dogecoin y su capitalización subió por las nubes.
Para fines de 2017, el valor de todos los Dogecoins en circulación era de casi $ 1 mil millones. Y ahora, durante el sábado recién pasado, su capitalización bordeó los $ 2 mil millones. Actualmente, Dogecoin está en $1,7 mil millones y cada unidad cuesta USD $0,01, según investing.com.
La pregunta lógica que se presenta es si Dogecoin tiene o no sus días contados. El sitio cointelegraph.com, ya lo adelantaba a comienzos del año pasado, señalando que “la mayoría de personas han migrado a plataformas como Ethereum, Dash o Monero. La minería de dogecoin ya no es rentable”.