La espera terminó. Luego de la experiencia extraña (o mixta) que significó el Episodio VII de Star Wars: El Despertar de la Fuerza, que fue como una variación casi calcada de la primera cinta de la saga, llegó el momento de ver el Episodio VIII: The Last Jedi (Los Últimos Jedi), y debemos decir que se trata de un filme que dará mucho de qué hablar entre fanáticos y espectadores casuales.
Asistir a una función de medianoche para un nuevo Episodio de Star Wars siempre se trata de un ritual imperdible, con familias enteras, cosplayers y simpatizantes de la saga que forman un ambiente único de emoción colectiva.
Es inevitable emocionarse y conmoverse al ver ese texto azul sobre el fondo oscuro, seguido de las primeras notas de la inmortal banda sonora de John Williams con el texto que camina. Pero luego, el Episodio VIII da inicio, y eso implica el inevitable riesgo de sumergirse a una historia nueva que tiene la misión casi imposible de darle continuidad al legado de las trilogías previas.
Aquí les compartimos nuestras primeras impresiones sobre Los Últimos Jedi, sin abordar ningún detalle concreto de la trama, ni fastidiar las sorpresas, que hay varias. Pero señalando algunos puntos de los que será necesario plantear el debate sobre el futuro de este universo y el camino que parece estar tomando.
The Last Jedi no es un refrito del Episodio V
La duda inmediata con esta película era si The Last Jedi emularía a The Empire Strikes Back y, sin soltar ningún spoiler, podríamos afirmar que no es el caso, aunque ambas cintas poseen algunos puntos en común, funcionando como el punto más climático y dramático del arco planteado, ya que las dos son, a final de cuentas el nudo central de la trama, pero afortunadamente Los Últimos Jedi tiene identidad propia.
Si hay algo qué admirarle a The Last Jedi es que el filme se atreve a tomar algunos riesgos que jamás se aventuraron a asumir (con su problemático mar de consecuencias) en las cintas previas de la saga.
En ese sentido hay muchas preguntas planteadas en El Despertar de la Fuerza que aquí por fin encuentran respuestas, algunas bastante más sencillas que todas las teorías elaboradas en la red, y otras con matices o giros de tuerca mucho más complejos de los esperados.
Los Últimos Jedi tiene una estructura peculiar y arriesgada, no perfecta, pero muy efectiva, donde apuesta por plantear escenarios entre redundantes y frustrantes para lograr una segunda mitad donde todo se vuelve impredecible, incluso para los que acompañan a esta franquicia desde hace décadas, construyendo así su propio mito.
El resultado final no es 100% consistente o impecable en su ejecución. Pero en el balance final The Last Jedi toma grandes riesgos, bajo la apuesta de salir con una identidad propia y lo termina logrando. Sea o no totalmente contundente.
Tenemos que hablar del Fan Fiction
Uno de los puntos más señalados con El Despertar de la Fuerza es que su libreto por momentos parecía más una obra de Fan Fiction escrita por un seguidor empedernido de la saga, que una continuación real de la trilogía original. Con The Last Jedi se vuelve a repetir esta sensación, tal vez incluso con mayor intensidad.
La causa aparente de esto podría ser el doble papel de Rian Johnson, como director y guionista de la cinta. El cineasta logra cumplir funcionalmente con la labor visual tras la cámara, similar a lo que logró Colin Trevorrow con Jurassic World, pero es innegable que la película tiene algunos problemas de ritmo por su narración, sobre todo durante sus primeros 100 minutos.
El Fan Fiction bajo ninguna circunstancia es un género despreciable o de connotación negativa. Sin embargo algunos de sus elementos más distintivos son la saturación de elementos, la dispersión de la trama, el ritmo disparejo y el desarrollo irregular entre los personajes (algunos crecen mucho, mientras otros siguen exactamente igual). Todo eso está presente en Los Últimos Jedi.
Esta suma de elementos hace que la película no sea absolutamente consistente o sólida de principio a fin, ni mucho menos perfecta, y la acumulación progresiva de huecos puede pesar en algún momento.
Pero a partir del primer gran clímax de la cinta, donde se revela la arriesgada apuesta de toda la producción, el viaje se convierte en algo tan épico como impredecible y gratificante.
The Last Jedi hará historia
The Empire Strikes Back y A New Hope en su momento rompieron muchos paradigmas. Plantearon historias, escenarios y situaciones que antes resultaban casi inconcebibles en una pantalla de cine. Los Últimos Jedi ha intentado seguir esa línea, con la complicada acrobacia de intentar sorprender en pleno 2017.
No es un filme impecable, hay muchas cosas que señalar para los más quisquillosos, desde los problemas de ritmo, hasta el humor de Marvel o los elementos que se toman prestados directamente de Star Wars Rebels, pero con más toneladas de presupuesto.
Pero en una evaluación final The Last Jedi sin duda será un referente para las presentes y futuras generaciones.
Al parecer ha nacido un nuevo clásico.