El segmento de los equipos 2-en-1 ha estado bastante surtido durante los últimos años: además de los distintos Surface de Microsoft, también Huawei, HP y Lenovo se subieron al carro.
Y por supuesto, no podía faltar Samsung. La surcoreana lleva ya varios modelos de su Galaxy Book y éste es el más reciente el que probamos: un tablet/notebook de 12 pulgadas, corriendo con Windows 10 y privilegiando el buen diseño por encima de todo.
Especificaciones
- Procesador: Intel Core i5-7200U, dos núcleos a 2.5 GHz
- Pantalla táctil de 12 pulgadas Super AMOLED 2160 x 1440 pixeles
- 8 GB de RAM DDR4
- Batería 5070 mAh
- Cámara trasera de 13 megapixeles (con autofoco), frontal de 5 megapixeles
- Puertos: dos puertos USB-C 3.1, jack de audio de 3.5mm
- Parlantes duales stereo
- Conectividad: Wi-Fi, Bluetooth, GPS
- Peso: 750 gramos
Una excelente pantalla
Lo primero que salta a la vista al encender el equipo es la pantalla: todo se ve nítido, muy brillante y con buen ángulo de visión. Por tratarse de una pantalla táctil que se usa en conjunto con stylus la sensibilidad es importante y si bien no es el panel más preciso que hay en el mercado, si al escribir se apoya la palma no hay mucho problema.
El Galaxy Book, eso sí, arrastra el problema de jittering del lápiz de otros tablets de Samsung que hasta ahora la compañía no ha solucionado. Eso hace que otros equipos similares lo superen en precisión -iPad Pro, estoy mirando en tu dirección- pero no es un problema demasiado grave.
Usando el tablet para consumir contenido multimedia, todo se ve muy bien y no hay problemas de tasa de refresco ni nada. Punto extra para los parlantes stereo, que tienen un sonido demasiado bueno para ser solo un tablet.
¿Corre fluído?
La pantalla es muy buena pero lo mejor de este equipo viene dado por lo que se puede hacer gracias a su sistema operativo, que es Windows 10 Home. Esto, en la práctica, significa que se le pueden instalar aplicaciones ejecutables y hacerlo funcionar como un notebook tradicional.
De hecho, en tareas multimedia o edición liviana de fotografía y video el equipo cumple sin problemas. Cabe mencionar, eso sí, que el procesador es de última generación pero de la serie U de Intel y por lo tanto está orientado más a la eficiencia energética que al consumo. Esto tiene lógica pensando en que se trata de un tablet y la batería tiene que tener una durabilidad aceptable.
En este aspecto, es claro que Samsung debía balancear dos puntos importantes: potencia del equipo para correr un sistema operativo tradicional, a la vez que darle un tiempo de uso aceptable solo con la batería interna. Y ese balance se cumple, ya que el equipo tiene una potencia que alcanza para funcionar todo el tiempo de forma fluida y usar -por ejemplo- Chrome con muchas pestañas sin que se quede pegado.
Un buen formato
“Elegante” es la palabra que define a este equipo. Queda claro que el diseño está super refinado en casi todos los detalles, pensando en que se trata de un equipo para gente exigente en lo visual.
El Galaxy Book probablemente sea para usar siempre con el muy liviano flip cover que viene con el teclado. Ese teclado es muy cómodo y no tiene casi nada de latencia o retraso, además que se conecta fácilmente al tablet a través de magnéticos.
El touch pad además tiene un botón que es bastante útil en general. Insistimos: el equipo es super elegante y lo suficientemente liviano como para andar transportándolo durante el día sin que sea una molestia (aunque obviamente, a la larga sus 750 gramos igual se sienten).
Quizás el único “problema” del flip cover es que por la forma en que se dobla es lo menos útil que hay para estar acostado y trabajar con el sobre la cama, a diferencia de un notebook tradicional. Esto es debido a la forma en que la cubierta se dobla sobre sí misma y lo cual puede ser un poco molesto si son dados a trabajar a altas horas de la noche en la comodidad de su lecho (no es nuestro caso, claramente).
Conclusión
Es super evidente que Samsung tomó varias notas del manual de Apple para el iPad Pro o de Microsoft para el Surface. Lo bueno es que eso poco importa al usar el equipo, que se siente más como un PC que se convierte en tablet y no al revés.
Ahora bien, el Galaxy Book no es perfecto. La falta de puertos tradicionales es un problema, tal como lo es en los nuevos iMac: andar con adaptadores a USB-C no es para nada lo más cómodo del mundo y super contradictorio en un equipo que apuesta a la comodidad. Por otra parte, el funcionamiento del sistema operativo es más que correcto pero en futuras versiones quizás una batería más grande permitiría incluir un procesador que no sea de la serie U.
El Galaxy Book no es precisamente un gadget barato, pero en nuestras pruebas terminamos super satisfechos porque las funcionalidades que ofrece son buenas. El equipo se ve bien, corre bien, el S-Pen es muy útil, el teclado es super cómodo y todo eso en conjunto hace que el público objetivo de estos aparatos tenga un nuevo elemento al que mirar antes de comprar.