El Voyager 1 representa un punto histórico importante para la NASA. Lanzada en 1977, se trata de la primera sonda que haya salido del terreno de nuestro sistema solar. para continuar su trayectoria en territorio interestelar, y hoy, a 37 años de la última vez que se usaron sus motores, se comprueba que siguen como casi nuevos, en partes.
El último (y victorioso) predicamento del Voyager 1 ha sido revelado a través de un comunicado oficial de la NASA, en donde relatan cómo la sonda, a 21 mil millones de kilómetros de distancia, alteró involuntariamente la orientación de su antena, que dejó de apuntar directamente hacia la Tierra.
Para corregir el asunto la Agencia Espacial normalmente habría utilizado sus Propulsores de Control de Posición, que lanzan pequeñas llamaradas de fuego durante apenas unos milisegundos, para corregir la orientación, pero su desgaste tras cuatro décadas ha hecho que consuma mucho más oxígeno del deseado.
Es por ello que la NASA tuvo que idear un nuevo plan para economizar el limitado recurso, de modo que reunió a un equipo de expertos para ver sus alternativas y su plan de acción resultó en algo inesperado: encender los Propulsores para Maniobras de Corrección de Trayectoria (TCM, por sus siglas en inglés).
Estos motores tenían ya 37 años sin ser activados, de modo que tuvieron que hacerse algunas simulaciones en la Tierra para comprobar la factibilidad del plan y calcular las fracciones de segundo exactas para reorientar la antena del Voyager.
La NASA decidió ejecutar el movimiento a distancia con la sonda y la maniobra resultó un éxito. De modo que este nuevo sistema garantizaría que el Voyager 1 podría seguir vagando fuera del Sistema Solar por al menos dos años más.