En Australia, alguien acaba de inventar una máquina de suicidios que se imprime en 3D.
Suena distópico, pero no lo es. El doctor Philip Nitschke ha presentado el aparato llamado Sarco, que a simple vista parece una cápsula sacada de cualquier serie o juego de ciencia ficción, pero en realidad es un sofisticado dispositivo que acabará con la vida de su ocupante “de forma pacífica y elegante”, según su creador.
¿Cómo funciona Sarco? Una vez activada, la máquina se llena de nitrógeno líquido y el nivel de oxígeno se reduce hasta que el usuario primer se desmaye y luego, tranquilamente, perezca. Después, la cápsula interior de Sarco se puede retirar con el cadáver dentro y hasta se puede usar como ataúd, según explican en Newsweek.
No hay inyecciones intravenosas ni nada por el estilo involucrado. Eso sí, antes de tener acceso a la máquina, se requiere que los usuarios completen una pequeña prueba en linea para comprobar que no hay problemas mentales asociados. Pasada esa prueba, se entregará al usuario un código que funcionará por 24 horas.
El creador de la cápsula es un hombre reconocido en el mundo por ser un fuerte impulsor de la eutanasia. En su tierra natal, y antes de que la eutanasia se prohibiera en 1998, asistió a personas que quisieron acabar con su vida de forma legal también a través de una máquina operada con un notebook de la época.
En cuanto a la Sarco, se trata de un diseño abierto que se podrá imprimir en 3D que estará listo en forma de prototipo a comienzos de 2018 y la versión final, hacia finales del próximo año.