Cuando Apple presentó el iPhone 8 y 8 Plus en septiembre pasado, la novedad se diluyó rápidamente porque el anuncio del iPhone X tapó a este equipo, convirtiendo a la edición de aniversario en el objeto de deseo.
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Aún así, desde su pedestal más “modesto”, el iPhone 8 Plus esconde cosas muy interesantes y no mucho que envidiarle al iPhone X y por cierto, a un precio mucho más moderado. Vamos con las especificaciones del equipo, aunque, al correr iOS, su sistema propio, no tengan mucho sentido en la experiencia final:
- Pantalla IPS de 5.5 pulgadas a resolución 108op
- Procesador Apple A11 Bionic
- 3 GB de RAM
- 64 GB o 256 GB de almacenamiento
- iOS 11
- Cámara doble de 12 megapixeles, una a f/1.8 con estabilización óptica de imagen, otra teleobjetivo a f/2.8
- Cámara frontal de 7 megapixeles a f/2.2
- 2691 mAh de batería
- Resistencia al agua y al polvo con certificación IP67
- Carga inalámbrica bajo el estándar Qi
Un diseño conocido
Me costó asumir su diseño industrial, desde el iPhone 6 presentado en 2014 la forma no ha cambiado sustancialmente. A algnos les aburre, otros lo encuentran icónico y el resto simplemente asumió que esta es la forma correcta que debe tener un celular. Las tres son válidas.
¿Pero en qué se diferencia del 7 Plus? En que, por ejemplo, su espalda, ahora de vidrio en vez de aluminio permite la incorporación de carga inalámbrica, algo que hemos visto hace mucho en equipos con Android, pero que al ser Apple el que lo incorpora, nos guste o no, es para mejor, porque más gente lo conoce, más gente lo quiere y la tecnología se masifica.
Esta misma espalda entrega mucho mejor agarre que el aluminio y aunque Apple clama haber hecho su propia receta de vidrio muy resistente, prefiero no arriesgarme y usar una carcasa, como con el 99% de los equipos que utilizo.
Otro factor diferenciador es la pantalla, con una característica que viví en el iPad Pro de 9.7 pulgadas y que me extrañó que no estuviera el año pasado: True Tone. Esta subvalorada tecnología es, por lejos, una de mis cosas favoritas sobre este equipo. Antes con Nightshift a cierta hora el equipo cambiaba su temperatura de color, ahora corre ese proceso constantemente para ir ajustando en tiempo real la calidez de la imagen. Es maravilloso y lo mejor es que pasa sin que te des cuenta, como los mejores avances ¿Cuándo lo notas? al tomar cualquier otro celular, se siente todo agresivo y forzado.
Este mismo panel, que debe ser el mejor IPS del mercado, a pesar de no tener la vibrancia de color de un OLED, se mantiene bastante ajustado a la realidad y está calibrado de tal forma que probablemente es lo mejor que se puede hacer en un móvil sin usar otro tipo de pantalla.
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El lector de huellas es rápido y confiable, algo a lo que ya estábamos acostumbrados y sí, es tan bueno que me costará asumir que este es el último móvil de Apple con esta tecnología tan bien lograda.
El más rápido, lejos
Jamás en mi vida he usado un equipo más rápido. La ventaja de usar tu propio procesador y sistema operativo, además del favor de los desarrolladores al optimizar bien sus aplicaciones para este ecosistema lo hacen una bestia casi inigualable en rapidez, estabilidad y manejo de RAM. Eso queda comprobado con los benchmark sintéticos, pero aún dejando a ellos de lado, la experiencia te muestra una interfaz fantásticamente fluida.
Claro que iOS no es del gusto de todos, es bastante cerrado y no permite tanta personalización, esa es una discusión que se viene librando desde, literalmente, la apertura de este sitio. Aún así es imposible no reconocer que todo anda muy bien, como también que se han visto mejores versiones. Actualmente iOS 11 gasta mucha batería en equipos más antiguos. Si ahora tengo cerca de 7 horas de pantalla encendida antes de morir, no puedo imaginar lo bueno que sería si el sistema operativo se comportara tan bien con el desempeño energético como la versión pasada.
El terminal tiene capacidad de carga rápida, pero lamentablemente Apple no lo incluye en la caja, hay que tener otro tipo de adaptador, con más potencia, y un cable USB-C a Lightning. Recomiendo agregar estos accesorios. Siento que con lo estándar carga a 1/3 de la velocidad que es capaz. Sí, obvio que siento que deberían venir incluidos en la caja.
La carga inalámbrica es del estándar Qi, por lo que cualquier pad que tengas con esa tecnología funciona, es algo más lento, pero en una próxima actualización de software soportará más “wattaje”.
El Chip A11 Bionic corre lo que le tires, no logré colgarlo con alguna aplicación pesada, no hay caso, no se rinde, y eso me encanta. Es lo que uno espera de Apple en ese aspecto y se cumple. Sus capacidades de realidad aumentada, que son actualmente las aplicaciones más complejas, corren sin problemas y aunque le dan un golpe a la batería, el desempeño del equipo no se ve mermado.
Las cámaras y el truco del reflector
Como es costumbre, la calidad de las fotos es, para muchos, las mejores del mercado y la inclusión de un segundo lente teleobjetivo ayuda muchísimo a que hacer zoom sea una realidad que no necesariamente termina en un producto granulado.
Apple sabe muy bien lo que hace en este aspecto, el año pasado lanzaron el modo retrato en beta y ahora anda a la perfección, funcionando con mucha menos luz y con recortes menos agresivos y más precisos.
Ahora lo que está en beta es el modo de Retrato Iluminado, que toma la información del fondo y la oscurece, generando un efecto muy dramático y entretenido. Claro, aún está en modo de prueba y las condiciones deben ser muy buenas para que funcione bien. Aún así cuando se logra es una maravilla, nadie a quien se lo haya mostrado se muestra indiferente a este “truquito”.
¿La cámara frontal? Buena, no la mejor a mi gusto porque las prefiero con más ángulo de visión, pero enfoca muy rápido y no por nada los iPhone son los favoritos de muchos “entendidos” en el tema del autorretrato.
En lo que respecta a las capacidades de video estamos frente a algo excepcional. Quizás no tiene la violenta estabilización de un Pixel y algunos en esta redacción claman que los colores son muy apagados (cosa de gustos), pero que en un celular podamos grabar a calidad 4K a 60 cuadros por segundo es una locura. Lo mismo para cámara lenta a 240 cuadros por segundo a Full HD. Con estas dos cosas pueden convencer a muchos de comprarse este terminal.
Apostando a lo conocido
Al principio me molestaba su diseño continuista, pero entiendo que hay gente que prefiere algo conocido y que no requiere de ninguna curva de aprendizaje. “Simplemente funciona”. Su razón de existir es dejar tranquilo a ese público, dándoles tres opciones, uno pequeño (iPhone 8), uno grande (iPhone 8 Plus) y uno muy diferente (iPhone X), todos contentos.
Esta es una apuesta segura, que no corre muchos riesgos y hace todo bien. Su pecado, el continuismo, es también su virtud para muchos. Además sus interiores no se distancian mucho del iPhone X y a un precio mucho menor. Tienen el mismo procesador, la misma RAM, el mismo almacenamiento… lo que cambia es el diseño, obvio, la pantalla OLED en vez de IPS (que tiene sus pro y sus contra) y que el lente teleobjetivo tiene estabilización óptica de imagen.
En el mundo real, el iPhone 8 y iPhone 8 Plus se sienten como una alternativa mucho más aterrizada y que tienen, esencialmente, lo último que ofrece Apple. Este equipo es irse a la segura y eso para muchos es suficiente.
Su precio sugerido en prepago (para la versión Plus, la que probamos nosotros) es de CLP $749.990 para el de 64 GB de almacenamiento y de CLP $899.990 para el de 256 GB.