Luego de la matanza de ayer en Las Vegas, mucha gente utilizó el Safety Check de Facebook para avisar que estaba bien o ver las publicaciones de los demás. Hasta ahí todo bien, porque se trata una herramienta bastante útil para estos casos de emergencia.
Excepto que, tal como lo detectaron los buenos de Fast Company, en el Safety Check de Las Vegas apareció un artículo relacionado de un blog llamado Alt-Right News. En general esto no sería mayor problema, excepto que la noticia en cuestión estaba divulgando noticias falsas sobre una persona supuestamente sospechosa y asociada al atentado.
Lo “bueno”: Facebook reconoció la situación e hizo lo que correspondía. “Nuestro equipo detectó la publicación y la removió. Sin embargo, el proceso demoró unos minutos lo que permitió que se le sacaran pantallazos. Estamos trabajando para arreglar el problema que permitió que esto sucediera”.
Lo malo: El timing es pésimo. Facebook ya está envuelto en un lío mayor relacionado a noticias falsas y si bien la promesa es hacer lo posible para que la desinformación se detenga, este tipo de casos vuelve a demostrar que la automatización y el uso de algoritmos para hacer relevante (o esconder) información tiene problemas severos en su funcionamiento.
Aquí es cuando Google, Facebook y el resto plataformas involucradas aúnan esfuerzos y desarrollan una estrategia a gran escala que de forma efectiva le ponga coto a la desinformación de redes sociales. En un mundo ideal, claro.
