¿Qué haces si eres jubilado, tienes 72 años y vives en Hawaii? Pirateas películas, obviamente. Porque de eso es lo que se le acusa a John Harding: de ser un pirata. Y por ende, debería pagar.
Lo cierto es que no, Harding no es un pirata. Pero en junio pasado recibió una carta de un abogado diciendo tener evidencia de que desde su IP de la casa se han descargado más de mil películas ilegales de todo tipo, incluyendo pornografía. Y por ende, debe pagar una multa que alcanza los USD $4000.
Obviamente, Harding se defiende diciendo que su uso del computador se reduce a “juegos, correo electrónico y leer noticias”, según le confesó a Hawaii News Now. Por lo tanto, cabe preguntarse por qué su dirección IP aparece marcada en este tipo de actividades tan dañinas para la salud de internet.
Por otra parte, los acusadores aseguran que no es su fin que la gente quede en bancarrota -las multas máximas por descargar una película pirata pueden llegar a USD $150.000– sino que la piratería se detenga. Aunque claro, en este tipo de redadas semi masivas, es probable que caiga gente que no tiene arte ni parte en el lio.
Ya nada es sagrado en esta vida. Ni siquiera la tercera edad.