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Editora de Wired fallece en confuso incidente de submarino financiado en crowdfunding

La historia del UC3 Nautilus se pone cada vez más retorcida.

Durante los últimos meses se ha desarrollado un auténtico misterio en torno al UC3 Nautilus, un submarino “amateur” construido por aficionados civiles gracias a una campaña de crowdfunding en la popular Indiegogo, que terminó hundiéndose hace poco, provocando la desaparición de una periodista que ahora, al parecer, habría sido asesinada.

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Originalmente, este agosto de 2017, el UC3 Nautilus habría emprendido un viaje de exhibición, conducido por su inventor, Peter Madsen, acompañado por la editora consignada por Wired, Kim Wall, quién haría un artículo de perfil sobre el proyecto y su creador.

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Sin embargo, hace pocos días las autoridades lograron rescatar a Madsen luego de que su submarino presentara una falla que hundió la nave completamente; Wall no estaba con él, ya que el inventor aseguró que la había dejado en un muelle de Copenhague antes de que el submarino se fastidiara.

Hasta ese momento de la investigación la periodista se consideraba como una persona desaparecida. Pero Madsen, según reporta Gizmodo, habría terminado confesando que él la asesinó y enterró su cuerpo en el mar, luego de que su submarino presentara un falló crítico en su presencia:

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El acusado ha dicho a la policía y la corte que un accidente ocurrió a bordo del submarino que causó la muerte de Kim Wall y que posteriormente la enterró en un lugar no especificado en algún lugar de la Bahía de Køge.

La policía de Copenhague puede confirmar adicionalmente que los cargos actuales permanecen en su lugar. No se dará más información sobre la investigación del caso, ya que se está llevando a cabo a puerta cerrada.

No se conoce a ciencia cierta como fue el supuesto accidente que provocó la muerte de Kim Wall, pero al momento de ser rescatado Madsen declaró a los medios locales que estaba solo y que su submarino se había hundido por un problema menor con un tanque de lastre que se convirtió en un problema mayor.

Tal vez ahí esté la clave. Por lo pronto se convierte en uno de los casos más raros de la historia del crowdfunding.

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